En el momento más trascendental del año político, cuando debe abordarse la compleja aprobación de los Presupuestos de la Generalitat para 2011, CiU y PP se preparan para poner las bases de una alianza. Así lo demostraron ayer en el Parlament, donde sacaron adelante con sus votos la práctica supresión del Impuesto de Sucesiones.

El tempo elegido por el Govern no puede ser más significativo. Un día después de presentar un proyecto de cuentas que reduce un 10% el gasto público y en plena negociación por la alcaldía de Badalona, donde el PP ganó con un discurso xenófobo, y donde CiU podría evitar que gobernara, ambas formaciones exhibieron en la Cámara catalana la comunión de su política fiscal.

Con el apoyo de los conservadores, la federación que preside Artur Mas tramitó la supresión de este impuesto por lectura única sin posibilidad de presentar enmiendas, lo que motivó la protesta de toda la oposición a excepción del PP. A cambio, CiU se comprometió a estudiar antes de final de año la supresión de Donaciones.

PSC, ERC, ICV-EUiA, Ciudadanos y Solidaritat votaron contra la supresión de una tasa que, según denunciaron al unísono, llega en el peor momento. Según datos del Departament de Economia que lidera Andreu Mas-Colell,las maltrechas finanzas catalanas dejarán de ingresar 260 millones de euros por este concepto, beneficiando sólo a las grandes fortunas.

El jefe de la oposición, el socialista Joaquim Nadal, se mostró tajante respecto a la posición de CiU y PP y a su probable entente en los Presupuestos y alertó del 'giro a la derecha del Govern'.