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Cayo Lara llega a su primer examen en una IU (más) unida

El coordinador debe recibir del Consejo Político el aval a su informe de gestión y a su estrategia para las europeas

JUANMA ROMERO

Nadie lo habría aventurado, pero ahí está. En la casa de Izquierda Unida están viendo el cadáver de su enemigo (político) pasar. Mientras el PP se ha enfangado en durísimas luchas intestinas, la nueva IU luce una pax interna insólita, con las discrepancias amortiguadas y más centrada en la proyección externa y en la profundización de la censura al Gobierno.

Pero para que el pegamento del puzzle funcione y no salten todas las piezas, el coordinador general, Cayo Lara, y su equipo más próximo deben aprobar la primera prueba de fuego: la reunión, pasado mañana, del Consejo Político Federal (CPF), de 180 miembros. El máximo órgano de dirección estudiará dos asuntos capitales: la construcción de la candidatura para las elecciones europeas del 7 de junio y el primer informe de gestión del líder. Dos votaciones, por tanto. “Y en ambas buscamos un resultado que consolide el liderazgo de Cayo. Es el primer objetivo”, confiesa un dirigente del PCE muy próximo a Lara. En plata: se trata de aprobar los dos exámenes con un apoyo superior al 55,1%, la marca con la que fue elegido número uno de IU el 14 de diciembre.

¿Ha cambiado la federación? No tanto. Prueba: se va a ratificar la coalición con Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) para el 7-J, un asunto medular por el que los gasparistas temían. “Esto sigue siendo IU. ¡No han venido los vikingos!”, cuenta Ángel Pérez, secretario de Comunicación y número dos real de Lara. “No hemos dado un salto radical. Estamos materializando el giro a la izquierda que nos pidió la IX Asamblea, en noviembre. Y hemos vuelto a la política tras una etapa de discusión de las identidades”, subraya el coordinador. El acento en el “perfil propio”, sigue, lo ha facilitado la crisis y el “derechazo” del PSOE.

La primera palabra que repiten sin cesar los responsables de IU es “sosiego” para sintetizar los 53 días de mandato de Lara. Él mismo lo apunta: “Todos nos hemos puesto manos a la obra. En la ejecutiva no hay conflicto”. “Claro, ahora no hay ruido interno. No ejercemos de oposición, como el PCE hizo con Gaspar Llamazares”, razona Pablo Prieto, coordinador de Política Territorial.

Le apoya Inés Sabanés, la líder de su sector, IU Abierta: “Cayo ha demostrado voluntad de trabajo y de entendimiento colectivo. Hay un nuevo clima por él, y también por todos, que asumimos que éste es un nuevo tiempo”. Lo único que le achaca es la “precipitación” con la que ha impulsado la candidatura de Willy Meyer para las europeas. “Tenía que haberse discutido más”, lamenta. 'Apostábamos por un proceso de convergencia con otras fuerzas para después pasar a designar candidatos'.

Otros dirigentes señalan que no cabe otro talante. “Cayo es un líder débil, con apoyos prestados, sin ejército. Si hubiera cambios de alianzas internas, podría caer. Pero nadie quiere ni puede meterse en guerras, al menos hasta después del 7-J. Ningún sector tiene mayoría”, recuerda un gasparista. Un miembro de la Nacional II, el espacio que se abrió entre los fieles a Llamazares y el PCE, valora que Lara se mueva “entre la autonomía y la fidelidad al partido”.

Con todo, la mayor “inquietud” no se palpa en las filas del gasparismo. Llega de los no alineados, los que concurrieron como quinta lista en la asamblea. “No queremos descalificar, pero sí expresar nuestra incipiente preocupación por la demora en concretar las líneas maestras de la renovación de IU”, asegura Diosdado Toledano, secretario de Cooperación. Enrique de Santiago, el encargado de la refundación, pide paciencia. “Íbamos a llevar el plan al CPF, pero no está aún consensuado. No significa que lo aplacemos. Para nada”. Mientras, Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder de la cuarta lista (los jornaleros andaluces del Colectivo de Unidad de Trabajadores, CUT), reclama un “giro más claro a la izquierda”.

Lara exhibe optimismo: “Hay heridas aún. Las cerraremos. Y lucharemos para que se note nuestra alternativa”.

 


Lara tiene un problema. No se le ve lo suficiente. Según el último Publiscopio, le conoce un 27% . Ni la puntuación (4,2) ni la estimación de voto (5%) fueron malas. IU Abierta elude fustigarle por su escasa visibilidad. En el PCE recalcan que Llamazares “no actúa como líder en la sombra”. Lo confirman Lara y el ex coordinador: “La sintonía es plena, total”.

Ángel Pérez, no obstante, ya prepara un plan: “Queremos crear un medio de referencia de la izquierda alternativa. Una web abierta al debate, a la construcción de propuestas. Ser eficientes y eficaces en Internet”. Pérez ha encargado ya un boceto de página para mostrarlo a las federaciones antes de marzo.

Lara ha ido a Bruselas (al Parlamento Europeo), ha visitado ocho provincias, ha participado en manifestaciones (por los trabajadores, Cuba y Palestina), ha concedido más de 20 entrevistas a medios de comunicación. Dice no estar inquieto: “Huyamos de personalismos. Lo importante ahora es que se vea IU”.

 

 

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