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Barcelona clama contra los recortes

Artur Mas se enfrenta a la primera gran protesta contra su gestión

D. CORDERO / R. FERNÁNDEZ

Desde el balcón que da a su despacho, Artur Mas contaba ayer con una vista magnífica de la protesta que desbordó la plaza de Sant Jaume. Unos 10.0000 funcionarios asustados e indignados se unieron frente a los recortes que el Govern catalán ultima para los Presupuestos de la Generalitat de este año.

El president de la Generalitat podía leer las pancartas de protesta, oír el sonido de los silbatos e incluso escuchar una consigna que no es que sonara muchas veces, pero que cuando lo hizo fue contundente: 'Boi [Ruiz], dimisión'. Una referencia a su conseller deSalut, que está copando el protagonismo del tijeretazo porque gestiona un tercio del presupuesto, porque tiene en sus manos una materia sensible y porque sus interlocutores le acusan de poner en peligro la sanidad pública sin escuchar a los afectados.

Más de 10.000 funcionarios salen a la calle y superan todas las previsiones

Enfermeras y médicos coparon una protesta que ayer convocaba a los 180.000 funcionarios de la Generalitat. Y los organizadores los sindicatos CCOO, UGT e IAC se marcaron un tanto en su pulso con el Executiu, que mantiene su intención de recortar un 10% del presupuesto para enjugar parte del alto déficit autonómico. Según la Guardia Urbana, se concentraron más de 10.000 manifestantes en la plaza Sant Jaume. Los sindicatos elevaron esa cifra hasta los 20.000.

No existe intención alguna de permitir que se termine con ese tridente que acaban aportando los servicios públicos: 'Empleo, justicia y solidaridad', según recordaba el manifiesto. Y si no tienen intención de permitirlo es porque se teme que la actuación política irá en la línea de 'privatizar las ganancias y socializar las pérdidas', como clamó la socióloga Marina Subirats, encargada de leer el manifiesto conjunto ante la multitud de manifestantes

Los sindicatos ya preparan una gran marcha ciudadana para el 14 de mayo

La plaza de Sant Jaume de Barcelona tomó ayer el relevo a las múltiples protestas que se han vivido en la última semana en los centros hospitalarios catalanes y sirve de prólogo a la 'conflictividad' que atisban los sindicatos de la enseñanza en la comunidad. En este sentido, los representantes sindicales se frotaban las manos ante la respuesta que pueda tener la marcha ciudadana convocada para el próximo 14 de mayo.

Las protestas en la sanidad se están convirtiendo en un ejemplo a seguir en el resto de ámbitos de la Administración, sobre todo después de que Miquel Vilardell, el principal asesor del president de la Generalitat, censurara la forma en que se están haciendo las cosas. Desde entonces, Mas ha tocado a rebato y el Govern se ha visto obligado a blindar lo esencial de los servicios sanitarios Atención Primaria, Urgencias y tratamiento de las dolencias gravesy a tomarse más tiempo para analizar los recortes sanitarios. Ayer mismo se postergó 10 días una reunión en la que la conselleria debía de darlos primeros ejes concretos del recorte.

La oposición en bloque, incluido el Partido Popular, hizo ayer acto de presencia en la protesta en el centro de la capital catalana. Incluso un cargo como el alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, sacó tajada y abrió de par en par las puertas al balcón del Ayuntamiento para que fotógrafos y cámaras televisivos consiguieran las mejores imágenes dela protesta.

La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, avanzó ayer que ha solicitado información a la Generalitat para analizar las medidas del Govern, informa Paula Díaz. Pajín reiteró que en sanidad prefiere 'el ahorro y la eficiencia' a los recortes.

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