Recuperar espacios públicos deteriorados, ampliar los carriles bici, habilitar aparcamientos disuasorios y mejorar la calidad de vida de los vecinos de los barrios más desfavorecidos serían, entre otras, las principales prioridades de los madrileños, si en su mano estuviera la posibilidad de gestionar directamente los presupuestos municipales.

Los ciudadanos tienen claro que el dinero de las arcas municipales debe servir para mejorar las condiciones de los mayores, las personas dependientes y los sectores más desfavorecidos, y debe contribuir también a ampliar los equipamientos educativos y deportivos de la ciudad.

Así se desprende del proyecto de presupuestos participativos del Ayuntamiento de Madrid, que este año cumple su tercera edición, y que cuenta con una dotación económica de cien millones de euros, frente a los 60 millones reservados para el año anterior.

Un total de 3.332 iniciativas han sido planteadas por los madrileños, que para ello han tenido que utilizar la web Decide Madrid, en la que ya se pueden consultar de forma detallada cada uno de ellas. En la presente edición ha aumentado un 81,5 por ciento el número de propuestas que afectan a los distritos (2.717 sugerencias), mientras que los que afectan al conjunto de la ciudad suman 615.

Al comparar los datos de las tres ediciones de presupuestos participativos se observa que la ciudadanía se interesa cada vez más por actuaciones centradas en los barrios y distritos. En 2016 el resultado fue que el 43,2 por ciento de iniciativas afectaban a toda la ciudad, un 56,8 por ciento a los distritos.

El año pasado, el 33,7 por ciento se centraba en todo Madrid y el 66,3 por ciento en los distritos.En 19 de los 21 distritos han aumentado el número de propuestas registradas respecto al año anterior: Hortaleza ha pasado de 75 a 165, Arganzuela (de 117 a 185), Carabanchel (de 104 a 168), Moncloa-Aravaca (de 105 a 166) y Fuencarral-El Pardo (de 201 a 246).

Pablo Soto, concejal de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto - REUTERS 

El concejal de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, Pablo Soto, se muestra satisfecho de la primera fase del proyecto, y subraya que se está consolidando y los madrileños lo van incorporando como una de las prácticas de las políticas públicas de su Ayuntamiento.

Respecto a la cantidad asignada para la ejecución de los proyectos, Soto reconoce que le gustaría que fueran más de cien millones de euros, aunque ese aumento pasa necesariamente por el acuerdo de los diferentes grupos políticos.

“Nuestra voluntad”, asegura Soto, “sería aumentarlos, llegar hasta los 200 millones. De hecho, tenemos la mayor dotación del mundo. No hay ninguna ciudad que ponga más dinero que Madrid para presupuestos participativos. Estamos empatados con París, que también destina cien millones de euros”.

Sin embargo, el optimismo del concejal sobre el diseño y los resultados del proyecto no es compartido por la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM). Silvia González, vocal de la Junta Directiva, reclama un mayor esfuerzo presupuestario y, sobre todo, se queja de los mecanismos de participación en el proceso.