Un centenar de personas se concentraron ayer en Barcelona para defender la acción feminista del 10 de marzo en la capilla del Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid. La manifestación, que simulaba una procesión de Semana Santa, se realizó en la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona, donde se encuentra la única capilla en activo de todos los centros universitarios públicos de la ciudad.

Los manifestantes recorrieron los pasillos de la universidad al grito de 'víctimas de la Iglesia y el patriarcado'. La procesión se detuvo a las puertas de la capilla de la facultad, donde justo entonces se estaba oficiando una misa, y se leyó un manifiesto.

La organización convocante, la Plataforma Unitaria de Feministas para el Laicismo y en Solidaridad con Somosaguas, aprovechó para pedir el cierre de la capilla, pero pidió a los asistentes que no entraran en el recinto, para evitar represalias como las de Madrid. Las personas que irrumpieron en la capilla de la universidad madrileña se enfrentan a penas de entre seis meses y seis años si se demuestra que impidieron la ceremonia con 'violencia, amenaza o tumulto', según recoge el Código Penal.

Tras la lectura de la declaración, los manifestantes continuaron con la procesión. Se dirigieron a la Diagonal y cortaron durante algunos minutos los dos sentidos del tráfico de uno de los principales accesos a la ciudad. Ante los automovilistas exhibieron pancartas y repitieron consignas como 'Fuera la Iglesia de la universidad' o 'Fuera los rosarios de nuestros ovarios'.

'Es indignante que en un Estado aconfesional aún existan capillas en las universidades públicas', denunció Sandra Ezquerra, una de las portavoces de la organización. Los convocantes han recibido el apoyo de más de 30 entidades de movimientos sociales, feministas y laicistas.

Desde el inicio del actual curso, un grupo de estudiantes ha impulsado diversas acciones contra la capilla. 'Queremos que se convoque un referéndum vinculante para que decidamos sobre su presencia', reclama Esther Repullo, otra de las portavoces de la Plataforma. Sin embargo, el rector, Dídac Ramírez, ha rechazado la propuesta.

La Universitat de Barcelona mantiene un convenio con el Arzobispado desde 1988 que incluye el compromiso de hacer la 'aportación económica necesaria' para el desarrollo de un 'servicio de asistencia y formación religiosa' en uno de los espacios de la universidad.