Cayó bien a generaciones revolucionarias antiguas y modernas porque supo interpretar y reinterpretar el marxismo hasta el final de su vida. Su constante evolución en la forma de plantear el cambio ha hecho de Daniel Bensaïd, histórico líder estudiantil en las revueltas del París de mayo de 1968, uno de los máximos referentes para las corrientes antisistemaactuales.

También lo es para la izquierda radical española. Ayer, tres meses después de su fallecimiento, Izquierda Anticapitalista (IA) rindió un sentido homenaje en Madrid al principal teórico del concepto moderno de revolución y a uno de los más eficaces inspiradores de la antiglobalización.

Durante el acto, que tuvo lugar en un céntrico instituto de la capital, no hubo sitio para los tópicos sentimentalistas. La formación de ultraizquierda quiso profundizar en el cambiante discurso de Bensaïd, que en sus últimos años de vida consiguió acercar a las masas el proyecto del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) francés liderado por Olivier Besancenot para que, según explicó la militante Clara Serrano, su extenso legado ensayístico escribió medio centenar de libros sirva como motor para 'continuar la lucha'.

'Fue un militante, luchador y polemista, y supo combinar el activismo con la pasión razonada por cambiar el mundo', destacó el profesor de Ciencias Políticas de la UNED Jaime Pastor. Bensaïd no se conformó con relatar su visión sobre las cosas, sino que sepreocupó por explicarlas, por buscarles un sentido.

'Estamos en una crisis social, económica y ecológica', cuya salida 'supondría la redistribución planetaria de las relaciones de fuerzas entre clases a través de grandes acontecimientos políticos', vaticinaba el propio pensador francés en uno de sus últimos artículos (Viento Sur, noviembre de 2009).

Lo más importante en la trayectoria de Bensaïd, que ayer repasaron los intervinientes en el homenaje, es que él supo transmitir sus ideas. 'Hizo un enorme esfuerzo por relacionar a Marx con los debates y conflictos políticos y sociales actuales', apuntó Pastor. En 1995, su crítica de la filosofía postmoderna y del pasotismo de la intelectualidad y de las masas desembocó en una destacada revuelta en Francia que costó al Gobierno de Jacques Chirac una larga huelga general.

Ya en sus últimos años fue uno de los principales agitadores de la Cuarta Internacional Comunista y es considerado el artífice de que el NPA consiguiera un importante respaldo popular en las últimas convocatorias a las urnas en Francia. 'Hizo que pasáramos de ser 200 a 8.000',reconocía ayer Alain Krivine, compañero de Bensaïd en mayo del 68 y líder de la izquierda radical europea.

Y es que las ideas del primero sobre la transformación de la sociedad han sido adoptadas por los pensadores de la izquierda alternativa desde hace décadas. Él predijo los errores del capitalismo y propuso sus salidas a través deplanteamientos considerados 'arriesgados'.

'La idea de jugársela está muy presente en la trayectoria de Daniel', destacó Miguel Romero, director de la revista ultraizquierdista Viento Sur, que hizo un análisis de la evolución del discurso de Bensaïd. 'Tuvo una ambición enorme por conocer lo que ocurría en la realidad, convirtiéndose en uno de los principales exponentes de la premisa de que, para poder cambiar el mundo, es necesario comprenderlo', agregó.

En un fragmentó del documental que ayer se proyectó durante el acto de homenaje, el propio Daniel Bensaïd recordaba que fue 'en 1968, en un pequeño ático de Saint Sulpice, donde se creó el movimiento revolucionario'. Los anticapitalistas subrayaron ayer que las razones que motivaron esa lucha se mantienen hoy tan vivas como siempre.