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Al banquillo por inscribir su apellido en el Palacio de Carlos V

Un juzgado de Granada abre diligencias contra un militar jordano por un delito contra el patrimonio

AMINA NASSER

Quiso dejar la huella de su paso por la Alhambra y salió trasquilado. Muhammad Jaradat, un militar jordano enviado por el Gobierno de su país para adquirir un avión en Sevilla, está pendiente de juicio después de haber sido cogido in fraganti inscribiendo su apellido en una de las paredes del Palacio de Carlos V, en el recinto monumental de la Alhambra y el Generalife.

El encausado es un suboficial de 36 años que aprovechó su estancia en Sevilla para darse una escapada a Granada y visitar la Alhambra, junto a otros miembros de la delegación jordana. Allí, mientras paseaba por el Palacio de Carlos V, sacó una moneda de su bolsillo y la utilizó como herramienta para inscribir 'Jaradat 13082011', es decir, su apellido y la fecha de la visita al monumento nazarí, el pasado 13 de agosto.

El militar fue sorprendido en plena faena y retenido por los vigilantes de la Alhambra

El militar fue sorprendido en plena faena y retenido por los vigilantes de la Alhambra, hasta que llegó la Policía Nacional, que lo detuvo y lo puso a disposición del Juzgado de Guardia de Granada el 14 de agosto, un día después de los hechos. Ahora, el Juzgado de Instrucción número 5 de Granada sigue las diligencias contra el militar por un presunto delito contra el patrimonio histórico.

Fuentes del patronato de la Alhambra, que denunció los hechos, indicaron a Público que 'la inscripción fue realizada con una moneda y que se trata de un daño reparable'. Aun así, al militar jordano se le pueden complicar las cosas. En un principio, el caso se iba a dirimir como falta en un juicio rápido y se valoraron los daños en 300 euros, pero el juez decidió instruir la causa por el procedimiento ordinario ante la petición de la Fiscalía Provincial de Granada, que solicitó un informe pericial cualificado para tasar el estropicio al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC).

Según fuentes de la investigación, el magistrado no tuvo en cuenta entonces los argumentos del militar, que quiso pagar ‘in situ' el coste de los daños que había ocasionado. El día en que compareció ante el juez, el suboficial insistió en que desconocía la trascendencia penal que podía tener en España realizar una inscripción en un monumento y pidió disculpas por ello al pueblo español. Pero el asunto no se zanjó en la primera vista, como al parecer esperaba el militar.

El suboficial está ahora en libertad con cargos y pendiente de juicio

El suboficial está ahora en libertad con cargos y pendiente de juicio. El desenlace, y la pena que se le imponga, dependerán del informe pericial solicitado por el Juzgado, a instancia del Ministerio Público, para avaluar los daños y de la tasación de los desperfectos. Si los daños fueran superiores a 400 euros, el militar será juzgado por un delito contra el patrimonio histórico, tipificado en el Código Penal con penas de uno a tres años de prisión y multa de 12 a 24 meses; si fuera inferior, será enjuiciado por una falta.

El delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada, Pedro Benzal, afirmó que espera que el militar sea 'sancionado duramente' y confió en que su caso sirva de ejemplo 'para concienciar sobre el daño al patrimonio histórico'. Benzal señaló que la gente se dará cuenta de que no se pueden permitir 'desmanes' contra el patrimonio cuando estas actuaciones sean sancionadas con penas de cárcel o con multas elevadas.

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