Desde que comenzaron a moverse un 15 de mayo, los indignados han tomado plazas, han denunciado redadas ilegales y han parado desahucios. Hoy vuelven a la calle para tratar de impedir la deportación de Sid Hamed Bouziane, un joven argelino que denuncia estar amenazado de muerte en su país.

Varias ciudades se han solidarizado con los indignados malagueños, como Madrid, Valencia o Córdoba, y han secundado la convocatoria lanzada desde Málaga para concentrarse hoy a las 20:00 horas ante los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) o subdelegaciones del Gobierno en todo el país. A la asamblea de Málaga han asistido más de trescientas personas que se han reunido junto al centro emplazado en la plaza de Capuchinos, en medio de un gran despliegue policial.

Varias ciudades han convocado concentraciones ante los CIE's

'Planteamos que no se produzca una deportación inmediata', explica Gerardo Márquez, miembro de la Coordinadora de Inmigrantes de Málaga. Los indignados están trabajando junto a la coordinadora para ganar tiempo con el que recopilar pruebas que presentar al Gobierno. 'Solo pedimos un plazo para no enviar a una persona a la muerte', asegura Márquez.

Sid Hamed Bouziane ha perdido a cuatro hermanos en 'asesinatos y atentados' y alega que él se encuentra bajo amenaza, según Márquez. Además, los indignados denuncian que el joven no contó con la asistencia de ningún traductor en su declaración de los hechos durante la solicitud de asilo que le ha sido denegada, a pesar de que no habla español de forma fluida.

'Es inconcebible que en el primer mundo exista un sitio así', afirma Márquez

El Centro de Internamiento de Extranjeros de Málaga es 'el peor de España y uno de los peores de Europa', según Márquez. Su historial hizo que en 2008 tanto PP, como PSOE e IU exigieran el cierre del centro. 

Los inmigrantes que son recluidos en los CIE's se encuentran en una 'situación vejatoria que venimos denunciando muchos años', explican desde la Coordinadora. 'Es una situación de irregularidad total', asegura, 'se detiene a personas sin delito, y se las mantiene en condiciones vejatorias, entre las que ha habido casos de violaciones, suicidios o incendios'.

'Es inconcebible que en el primer mundo exista un sitio así', concluye.