barcelona
Tras el sorprendente cambio de candidato, el PSC afronta las elecciones del Parlament del 14 de febrero con la aspiración de ser la primera fuerza, un objetivo que no se había podido ni plantear la última década. De momento, las encuestas avalan el relevo de Miquel Iceta por el ex ministro de Sanidad Salvador Illa, que aspira a presidir un Govern de la Generalitat sin la presencia de ninguna formación independentista y con tres prioridades muy claras: "derrotar al virus, reactivación de la economía y no dejar a nadie atrás ". En medio de una apretada agenda de campaña, recibe a Público en la sede nacional del PSC, situada en la calle Pallars de Barcelona.
Mantiene que el 70% de la población del Estado estará vacunada en verano. ¿Es un escenario realista teniendo en cuenta los retrasos en las entregas de las dosis?
Tener al 70% de la población vacunada en verano es un objetivo que se podrá alcanzar si no pasa ninguna desgracia, si no hay ningún imprevisto o causa de fuerza mayor. Hay que valorar que en menos de un año hemos tenido dos vacunas aprobadas en Europa, en otras partes del mundo incluso tres, con todas las garantías que da el proceso regulatorio europeo. Se dijo que la gente no se querría vacunar, que había mucho escepticismo, pero hoy estamos viendo que hay un índice de rechazo a las vacunas muy bajo y que, precisamente, ocurre lo contrario, hay prisas para poderse vacunar sin seguir el orden que han marcado los expertos. Desde Europa compramos un abanico de siete vacunas, seguro que llegarán las dosis, y tendremos la ocasión de tener a un 70% de población vacunada en verano. Es verdad que es un proceso complejo, que puede tener algunos altibajos, pero tengo plena confianza en que será así.
¿Qué cree que se ha hecho mal en la gestión de la pandemia?
"Tendremos al 70% de la población vacunada en verano, aunque es un proceso complejo que puede tener altibajos"
He reconocido que hemos cometido errores. Nadie estaba preparado para una pandemia como la que hemos sufrido, y la hemos gestionado más o menos igual que los países de nuestro entorno que comparten poso cultural, valores sociales y políticos. Evidentemente con la información que tenemos hoy hubiéramos actuado de forma diferente. Hemos ido tomando las decisiones con sentido común y prudencia, con una actitud de respetar lo que nos decía la ciencia y hemos ido aprendiendo conforme íbamos sabiendo más cosas. No es para sacar pecho, ni mucho menos, pero era una situación muy complicada y creo que hemos hecho lo que teníamos que hacer en cada momento, respetando también el marco de decisión y el marco de gobernanza que tenemos en nuestro país, que es un Estado compuesto.
Ha denunciado los recortes en la sanidad pública. ¿Reforzarla será prioritario si llega a la Generalitat?
Sí. Se ha demostrado que fue un error la reacción de Europa en la anterior crisis, basada en políticas de austeridad y en bajar el gasto diciendo que así se reactivaría la confianza de los inversores. Era una especie de sálvese quien pueda. Soy partidario de mirar hacia adelante y de aprender de las cosas. Europa lo ha hecho, porque la salida que se ofrece a la crisis es completamente diferente, con políticas expansivas, el Plan Marshall europeo, y con una acción sin precedentes que se ha desplegado desde el Gobierno de España, con un escudo social, los créditos ICO, decenas de miles de millones a fondo perdido para las Comunidades Autónomas... El sistema sanitario universal y gratuito se debe reforzar. Empujarlo a una renovación tecnológica, potenciar la atención primaria, reforzar los servicios de salud pública... Me he comprometido a que la prioridad primera de mi Govern será combatir al virus y evidentemente reforzar el ámbito sanitario de forma progresiva.
Los últimos meses los gobiernos autonómicos han ganado peso en la gestión de la pandemia. ¿Como valora el trabajo de la Generalitat?
Los últimos meses se han llevado en un mecanismo de cogobernanza a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, donde están representados el Ministerio de Sanidad y las comunidades. Nos hemos reunido semanalmente y hemos realizado tareas de coordinación. Hemos proporcionado más instrumentos a las autonomías, de financiación, tecnológicos y, finalmente, jurídicos, para tener herramientas y posibilidades de actuación extraordinarias. Como ministro he tenido siempre una relación muy fluida con los representantes autonómicos, ha habido algunas discrepancias que hemos resuelto, y he apoyado casi todas las medidas que han tomado. Sólo con la Comunidad de Madrid dije públicamente que me parecía que las medidas que se estaban tomando eran insuficientes.
En una pandemia lo que hay que hacer es trabajar juntos, si se han de discutir cosas discutirlas, pero no intentar sacar rédito político haciendo debates que a mí me parece que son improcedentes. Con la Generalitat he tenido una buena relación, han hecho las cosas lo mejor que han podido. En algunas cosas quizá las hubiera hecho de una manera diferente, pero no voy a entrar en eso.
¿Por qué cree que tiene más opciones de ganar las elecciones que Miquel Iceta?
Me cuesta un poco hablar de mí mismo en estos términos. No creo que tenga nada que Miquel Iceta no tenga. Soy su amigo y admirador. No tenía pensado postularme como candidato a las elecciones, y si lo he hecho es porque me lo ha pedido Miquel Iceta y porque el presidente Sánchez dijo que no tenía ningún problema y que probemos, porque Catalunya necesita también que llevamos un combate ideológico potente y que intentemos alcanzar la presidencia de la Generalitat. Lo que manda es que se han dado las circunstancias que se han dado, me ha tocado tener una cierta relevancia pública gestionando una pandemia excepcional que no estaba prevista, y Miquel Iceta me dijo escucha, los momentos no los elegimos en la vida ni en política tampoco, hay un momento propicio que no podemos desaprovechar. Y, como siempre he hecho cuando mi partido me pide algo, dije que adelante.
¿Qué tipo de Govern prevé que tendrá Catalunya después de estas elecciones?
Yo estoy trabajando y estoy haciendo una propuesta para que tenga un Govern que pase página a diez años de decadencia, y que sea un Govern de reencuentro para los catalanes con tres prioridades muy concretas: protección de la salud y, por tanto, concentrarse en derrotar al virus, reactivación de la economía y creación de riqueza y, en tercer lugar, no dejar a nadie atrás.
No esconde que su preferencia es gobernar con En Comú Podem, pero los números no salen y necesitaría otros soportes. ¿Descarta gobernar con ERC?
Sí, porque tiene un proyecto independentista que no comparto. Vuelvo a Catalunya para ganar las elecciones y si lo hago me presentaré a la investidura y voy a intentar hacer gobierno, no haré como otros que se han marchado. La fórmula que propongo ya funciona en España. El grupo socialista ganó unas elecciones, no llegaba al 50% de escaños, y sumó con Unidas Podemos, con quien tampoco llegan al 50% de escaños, pero teniendo una fuerza parlamentaria suficiente como para garantizarse la investidura. Es importante hacer gobierno, pero sobre todo saber por qué lo haces. Y para hacer la independencia de Catalunya que no cuenten conmigo. Por tanto, no puedo hacer un Govern con ERC y me parece que no tienen previsto formar uno conmigo, sería imposible.
Un escenario posible es que el PSC sea la fuerza más votada y haya mayoría independentista en el Parlament
Si sucede esto sería una mala noticia para Catalunya. Ya hemos visto donde hemos llegado con un Parlament con mayoría independentista. Llevamos diez años perdidos intentando soluciones que significan que una mitad de Catalunya se impone sobre la otra. Ya hemos visto que la mayoría independentista no ha funcionado, nos ha llevado a una legislatura perdida y no lo digo yo, ¡lo dicen ellos mismos! Por eso creo que hay una mayoría amplia de catalanes y catalanas que no son socialistas, pero dicen que esta vez nos votarán porque quieren que se pase página. La mía es una candidatura para pasar página, sin reproches ni venganzas, sin mirar hacia atrás, mirando hacia adelante y buscando un reencuentro de los catalanes con nosotros mismos. Al que le parezca que debe defender la independencia, adelante, pero lo que no se puede hacer es romper el marco de convivencia definido por el estado de derecho. Pero ahora ocupémonos tres cosas: derrotar el virus y proteger la salud de los ciudadanos de Catalunya, de reactivar la economía y de que nadie quede atrás.
"Llevamos diez años perdidos intentando soluciones que significan que una mitad de Catalunya se impone sobre la otra"
Porque si no nos volverá a pasar lo que ya nos ha pasado. En 2017 se decidía la sede de la Agencia Europea del Medicamento, la EMA, porque salía del Reino Unido, y no vino a Barcelona porque aquí no había estabilidad. Ahora nos encontramos en un momento delicado, la pandemia ha abierto un tiempo nuevo, ha acelerado cambios que había de fondo. Usted defienda lo que crea, pero no rompa el marco de convivencia. ¿Qué pretendemos, que se vaya la mitad de la gente que vive en Catalunya? ¿Qué una mitad se imponga sobre la otra? Esto no es posible. Por lo tanto, vamos a buscar a esa amplia mayoría por el reencuentro, vamos a hacer un Govern de servidores públicos que se centre en proteger la salud, reactivar la economía y garantizar que nadie se quede atrás.
¿Qué papel cree que puede tener la mesa de negociación en la resolución del conflicto entre Catalunya y el Estado?
La situación que tenemos en Catalunya debe resolverse con la política, y la política tiene como instrumento el diálogo. De hecho, el Gobierno de España ha estado siempre dispuesto a dialogar, a sentarse y hablar de todo y con todos, eso sí, respetando siempre el marco de convivencia que nos hemos dado en el Estado de derecho. Por lo tanto, no concibo que podamos solucionar los problemas si no es a través del diálogo.
Pero más allá de hablar de diálogo y reencuentro, ¿tiene alguna propuesta concreta?
El diálogo con todos. Dialogar significa reconocer al otro. Y tenemos que empezar por lo que ahora es prioritario, que es derrotar al virus, reactivar la economía y garantizar que nadie se quede atrás. Equivocarse en las prioridades es hundir al país y condenarlo a diez años más perdidos.
¿Planteará una mejora del autogobierno o una nueva financiación?
Es obvio que Catalunya necesita más recursos, estoy de acuerdo. Ahora, para reclamar lo primero que hay que hacer es sentarse a la mesa a discutirlo y no lo hemos hecho. Desde 2014 nos hemos negado incluso a enviar representantes para que puedan analizar y diagnosticar. Hay mucho trabajo por hacer y la primera urgencia que hay son los fondos europeos. Se tienen que presentar proyectos sólidos, en diálogo con el territorio y los diferentes sectores industriales y ámbitos institucionales. Se tienen que presentar y se tienen que ir a defender y veo al Govern muy despistado. No he visto una hoja de ruta clara del Govern en este sentido... Hay más financiación y veo una buena predisposición del Gobierno de España a abordarlo. Y veo aliados posibles. Por ejemplo, el presidente valenciano, que ha puesto sobre la mesa propuestas muy concretas a nivel de financiación. Pero aquí eso no lo queremos hacer porque no nos interesa, pues a algunos sí que nos interesa para conseguir cosas concretas que mejorarán la vida de los ciudadanos de Catalunya.
Para iniciar una nueva etapa, ¿vería positivo que los presos independentistas queden en libertad? ¿Vería con buenos ojos el indulto?
Aquí lo que hay que hacer es respetar el Estado de derecho. Si lo hubiéramos hecho, no habríamos llegado a donde hemos llegado. Yo estoy a favor de lo que dictamine la justicia y en contra de la venganza.
¿Cómo tiene que ser la reconstrucción económica en Catalunya?
No son fondos para hacer lo que queramos, hay unas reglas del juego. Se llama plan de transformación, recuperación y resiliencia y los fondos van dirigidos a dos ejes: la transformación de la economía en la dirección de hacerla más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y la digitalización. En el caso de Catalunya hay tres ámbitos claros: la salud, que requiere una digitalización, una mejora tecnológica y una inversión importante en recursos; el sector de la automoción, que se tiene que descarbonizar, hay que invertir en fábricas de baterías y trabajar con la industria de los componentes para reconvertirla; y el sector agroalimentario, tanto en la vertiente primaria, de producción de alimentos, como en las de transformación y distribución.
Ha anunciado que si es presidente, el vicepresidente económico será Maurici Lucena. ¿Repite el esquema del Gobierno de poner a una persona liberal, bien conectada con grandes poderes económicos, al frente del área?
Maurici Lucena es militante del Partido Socialista de Catalunya, que es socialdemócrata y no liberal.
Él mismo se define como liberal
"Quiero hacer políticas progresistas, socialdemócratas y transformadoras, pero desde la credibilidad y el rigor"
Él es militante del partido, que no es liberal. Es una persona con mucho rigor, a quien conozco bien. Tiene una trayectoria política, ha sido diputado en el Parlament y portavoz de nuestro grupo, conoce la política catalana. Ha sabido salir de la política y ganarse la vida con su profesión, que es economista, y ha tenido responsabilidades importantes en el sector financiero y ahora en Aena. Tiene dos cosas que necesitamos mucho en Catalunya: credibilidad y rigor. Quiero hacer políticas progresistas, socialdemócratas y transformadoras, pero desde la credibilidad y el rigor. Debemos administrar fondos que nos vienen de Europa y no nos dejarán hacerlo si no lo hacemos desde la credibilidad y el rigor. Y yo que vengo del mundo municipal, he aprendido que dos y dos son cuatro y que la mejor manera de transformar los municipios es hacer las cosas progresivamente, bien hechas, no haciendo déficits, tener una política de ingresos razonable e inspirando confianza. Y por eso creo que Maurici Lucena es la persona adecuada.
¿Entonces piensa que el actual Govern no ha hecho las cosas con credibilidad y rigor?
Creo que hemos perdido el tiempo estos diez años. ¿Ha habido algún avance tangible? ¿Hemos abierto algún servicio nuevo? ¿Tenemos un nuevo plan de barrios en marcha? ¿Hemos reforzado algún servicio público de forma notable? ¿Hemos ganado en prestigio institucional? ¿Europa nos mira con buenos ojos? ¡Si no nos reciben! Todos tenemos parte de responsabilidad, pero quien tiene más es quien gobierna. Si el Govern está bloqueado, dividido y sin proyecto, esto se tiene que acabar. Por eso digo basta, pasemos página y dejémonos de venganzas, y pongámonos a trabajar. Otros años más así pueden tener muchas repercusiones en el futuro de Catalunya.
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