¿En qué situación se encuentra EA?

En un punto y aparte. Acabamos de salir de un congreso al que llegamos fracturados, con un conflicto interno que no hemos podido resolver, pero un congreso también en el que hemos tenido oportunidad de decidir qué papel debe jugar EA, cuál debe ser su línea política y su modo de organización.

¿Cuáles son los principales retos que afronta desde la Secretaría General del partido?

EA ha llegado fracturada al Congreso. Han sido unos años muy difíciles, en los que algunos y algunas se han encargado de dejar la imagen del partido por los suelos. Por su trayectoria y por lo que representa, EA merece mucho más que eso; tenemos un reto importante para recuperar el buen nombre del partido. Tenemos además retos electorales importantes: en 2023 tenemos elecciones y forales y en 2024 habrá elecciones al Parlamento Vasco. Toca por tanto trabajar para que EH Bildu consiga los mejores resultados posibles.

¿A qué se deben los conflictos internos en EA?

Eso ha quedado muy claro en las ponencias y en las enmiendas del Congreso. La ponencia política que presentamos tuvo una enmienda a la totalidad, formulada por varios afiliados y afiliadas. Esa enmienda –que los críticos luego no defendieron en el congreso– proponía dejar a EA fuera de EH Bildu de facto, y volver al modelo que manejábamos en su día con el PNV de coalición electoral. Eso no responde al trabajo realizado en estos últimos años, sino más bien a un interés de puestos: si lo único que te interesa es hacer coaliciones electorales con 'x' partidos, demuestras qué poco proyecto político tienes y cuánto interés en algunos sillones.

¿Cuál es el papel de EA dentro de EH Bildu?

Creo que hay un error de concepto cuando se intenta hacer ver que EA está en EH Bildu, cuando realmente EA es EH Bildu, EA creó EH Bildu, y es la mejor herramienta que tenemos para materializar nuestros principios fundacionales: lograr la independencia de Euskal Herria y alcanzar una sociedad más justa y solidaria. La fortaleza de EH Bildu radica en los compromisos que los partidos que la componemos tenemos para priorizar objetivos comunes, sin renunciar a nuestra historia e identidad.

Una de las cosas que los críticos les achacan es haber sido "devorados" por Sortu dentro de EH Bildu. ¿Usted cómo lo ve?

Esa es una lectura interesada y absolutamente incierta que hacen algunas fuerzas políticas y ciertos medios de comunicación. Lo que me preocupa es que también lo haga gente que está bajo estas siglas. Hay que tener en cuenta que EH Bildu es mucho más que una coalición de fuerzas políticas, ya que se conforma también por "bilkides" que no se identifican ni con Alternatiba, ni con Sortu, ni con EA.

¿Cuáles son las claves políticas para ganarle al PNV en unas elecciones autonómicas?

Somos la segunda fuerza en Bizkaia, Araba y Gipuzkoa; somos la segunda fuerza en el Parlamento de Gasteiz. Por lo tanto, somos alternativa de gobierno. Hemos demostrado que somos tremendamente propositivos; nuestro deber es precisamente demostrar a la gente que hay una forma diferente de gobernar. Esta sociedad se merece un cambio. 

¿EH Bildu es partidaria de llegar a acuerdos con el actual Gobierno Vasco?

Hemos demostrado que somos partidarias de esos acuerdos cuando benefician y revierten positivamente en esta sociedad. Lo hemos dejado claro con el proyecto de Presupuestos vascos del ejercicio actual, en el que dijimos que llegaríamos a un acuerdo siempre y cuando nuestras propuestas se materializasen, y así fue. También hemos alcanzado un acuerdo sobre el modelo educativo entre cuatro fuerzas políticas de este Parlamento. Siempre hemos dicho que lo que interesa no es quién se lleve la medalla, sino qué propuestas se materializan. 

¿Qué siente cuando la derecha y la ultraderecha dicen que EH Bildu es heredera de ETA?

Es algo que viene de largo. Por suerte ETA ya no existe. Aquí se ha hecho autocrítica y reflexión; lo que sí queda es trabajar en cuestiones que siguen sin resolverse, y en eso estamos. La Declaración de Aiete fue absolutamente clarificadora en ese sentido. Ahora bien, todo lo demás son lecturas interesadas. El comodín de ETA en un debate institucional es muy fácil de utilizar cuando no hay capacidad de confrontación política. Si quieres confrontar, hazlo realmente con propuestas y con debate político e ideológico.

¿Cómo ve el escenario político de Madrid?

Creo que hay que aprovechar la oportunidad que tenemos ahora mismo en Madrid, con un gobierno de coalición inédito. Hay que frenar a la ultraderecha, y desde luego interesa que este Gobierno siga funcionando. También es una buena oportunidad para que podamos hacer propuestas y llegar a acuerdos que mejoren la vida de la gente, como ya hemos demostrado en los Presupuestos Generales del Estado. Es interesante seguir en esa dinámica.