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Seat Barcelona El coche eléctrico impulsará la planta de Seat en Barcelona

El anuncio de una fábrica de baterías "cerca de Martorell" une a sindicatos e industria en aras del empleo y la actividad, mientras que los ecologistas avisan del impacto ambiental del litio, la materia prima para montarlas.

Operarios de Seat en la planta de Martorell. — Àlex Recolons / ACN
Operarios de Seat en la planta de Martorell. Àlex Recolons / ACN

En un acto con la presencia del rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ausencia de representación por parte de la Generalitat, el grupo Volkswagen escenificó su apuesta por la planta automovilística de Seat en Martorell (Barcelona) a través de la futura fabricación de coches eléctricos. Aunque todavía no se han concretado ni los plazos de ejecución ni la inversión, el proyecto llega en un momento de impulso al vehículo eléctrico en el marco de la movilidad sostenible y del debate sobre el futuro del sector del automóvil. La iniciativa va acompañada de un anuncio previo de la ministra de Industria, Reyes Maroto, en el que avanzó la creación de una planta de baterías eléctricas "cerca de Martorell". Pese a que no se ha detallado la ubicación, los terrenos de la antigua Nissan en la Zona Franca de Barcelona tienen muchos números de ser la sede elegida para este propósito.

De momento, el Gobierno ha constituido un consorcio público-privado con la compañía alemana Volkswagen, su filial española Seat, y la eléctrica Iberdrola para optar a una ayuda de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), con los que se vehicularán los fondos procedentes del fondo de reconstrucción comunitaria. Desde Seat, su presidente, Wayne Griffiths, asegura que la firma quiere "liderar la recuperación económica y ser puntera en la transformación del sector hacia el vehículo eléctrico".

Wayne Griffiths: "Seat quiere ser puntera en la transformación hacia el vehículo eléctrico"

Frente a este mensaje, los sindicatos principales de Seat, UGT y CCOO, reclaman al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, que el futuro vehículo eléctrico que salga de Martorell sea de las marcas Seat y Cupra. En el acto institucional por el 70 aniversario de la empresa, ambos aprovecharon para entregar un documento al líder del Ejecutivo español con una serie de reivindicaciones. Entre estas, explicitan la necesidad de que Seat tenga un vehículo 100% eléctrico, posibilidad que hasta ahora "se le ha negado".

"Democratizar" la movilidad sostenible

Una revolución similar a la que supuso el Seat 600 en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX. Este es el objetivo que traza Matías Carnero, presidente de UGT Catalunya y del comité de empresa de Seat. "Es imprescindible democratizar el acceso a la movilidad sostenible con un coche eléctrico pequeño, el Small BEV", recalca. Carnero, que estuvo presente en el acto de celebración con Sánchez y Felipe VI, exige una mesa de negociación "que garantice el futuro, el empleo y la viabilidad de la compañía". Los sindicatos lamentan que la fabricación del nuevo coche eléctrico se haya hecho "al margen de la representación de los trabajadores", aprovechando los fondos provenientes de la UE.

Pese a los requerimientos, los sindicatos valoran positivamente la estrategia de electrificar la factoría de Seat en Martorell porque "supone atraer el conjunto de la cadena de valor del vehículo eléctrico".

Carnero: "Es imprescindible democratizar la movilidad sostenible con un coche eléctrico pequeño"

"Una buena noticia". Así define el anuncio de la instalación de una fábrica de baterías "cerca" de Martorell el presidente del Clúster de la Industria de la Automoción de Catalunya (CIAC), Josep Maria Vall. Independientemente del significado de la ambigüedad de la palabra cerca para averiguar la ubicación exacta de la planta, afirmando que "cerca también puede ser a 200 kilómetros de Martorell", Vall admite la complementariedad de ambos proyectos. "Seat no puede fabricar coches eléctricos sin apoyarse en otro que monte baterías".

El representante de la industria automovilística pone en duda que sea estrictamente necesario que la instalación se sitúe en Catalunya y concretamente en los terrenos de la antigua Nissan. "En el Estado español harán falta muchas fábricas de baterías y nos las pueden suministrar desde otros lugares, pero aquí deberíamos saber reorientar la planta que dejará Nissan a finales de año para reconvertirla en un lugar para producir coches eléctricos, ya que está más preparada". Vall recuerda que a partir del 31 de diciembre, unos 2.500 empleados de la multinacional japonesa se quedarán sin contrato por la marcha de la empresa.

La fiebre de la movilidad sostenible

Los fabricantes de coches han iniciado una carrera hacia la adaptación a los vehículos eléctricos al ser la única fórmula viable para que los turismos que ponen en el mercado cumplan con la normativa de emisiones. "El camino de la electromovilidad no tiene marcha atrás", apostilla Josep Maria Vall. Para hacerlo posible, apunta a la importancia de "disponer de recursos y fuentes de suministro, como la explotación de las minas de litio que hay en Extremadura o los electrodos de carbono. Tenemos la materia prima y las condiciones". Al respecto, el alcalde socialista de Cáceres, Luis Salaya, rechaza esta posibilidad y precisa que "la fábrica de baterías eléctricas no se nutrirá del litio de las minas extremeñas, porque no se sacrificará el futuro de una ciudad extremeña para el desarrollo industrial de otras zonas del país".

Alfons Pérez: "La implantación de una fábrica de baterías sin un cambio del modelo de movilidad no servirá para nada"

El impacto ambiental de la extracción del litio y la constatación de que no existe suficiente material para suministrar la demanda futura de vehículos que se espera preocupa a los ecologistas. En este sentido, el investigador y activista del Observatori del Deute en la Globalització (ODG) Alfons Pérez advierte que "la implantación de una fábrica de baterías sin un cambio del modelo de movilidad no servirá para nada". Pérez, autor del libro Pactos verdes en tiempos de pandemias, augura que aunque el almacenamiento de electricidad, tanto para un uso doméstico como industrial es un reto de futuro, serán los propios territorios los que se opongan a este tipo de instalaciones, como ya sucedió con las protestas contra el fracking u otro tipo de iniciativas similares.

Para Pérez, la apuesta de capitalismo económico verde de algunos fabricantes de coches esconde un deseo de perpetuar el modelo actual. Aunque el investigador defiende este tipo de proyectos, capaces de generar ocupación, exige que "las nuevas políticas industriales vayan acompañadas de cambios estructurales, ya que la apuesta por la transición ecológica que está llevando a cabo la UE demostrará que los límites biofísicos del Planeta se traspasarán". Sin unas políticas reformistas, que planteen un nuevo concepto de movilidad más sostenible y menos centrada en el vehículo privado, Alfons Pérez vaticina que "el sistema productivo se volverá a colapsar".

Ante este escenario de futuro, el ámbito de la automoción se encuentra ante un reto colosal: Adaptar y reorientar el modelo productivo en un contexto de crisis global y sectorial usando el componente sostenible. De este desafío, depende el empleo de 40.000 personas, el 7% del Producto Interior Bruto (PIB) de Catalunya y una parte importante de las exportaciones.

Lleida se postula como ubicación idónea

El grupo de opinión y debate Compromesos amb el futur de Lleida, impulsado por la Fundación ICG, considera que el territorio de Lleida es la ubicación ideal para la primera fábrica de baterías eléctricas de todo el Estado español. En este sentido, el lobby destaca que la Plana de Lleida cumple todos los parámetros estratégicos: buenas comunicaciones terrestres y un aeropuerto como es el de Alguaire, que puede constituirse en una vía para el transporte aéreo de las mercancías y una clara apuesta por la sostenibilidad. La entidad considera que la ubicación leridana –no tan cercana a Barcelona y su área de influencia– permite que la factoría también pueda abastecer con más facilidad y rapidez a otras plantas automovilísticas cercanas, como serían la de la General Motors en Zaragoza, la de Mercedes en Pamplona y de la Ford en València. Por esta razón, cree que la iniciativa serviría para modernizar y reconvertir la industria leridana, captando inversiones de la movilidad sostenible.

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