La segunda mitad del siglo XIX, los motores de vapor sustituyeron progresivamente las velas de los barcos y el paisaje y la actividad de los puertos quedó asociada al humo en que generaban las chimeneas de las naves. Primero mediante el carbón y más adelante con derivados del petróleo, los combustibles fósiles han impulsado durante un siglo y medio el comercio marítimo.
Así como las velas ya son cosa del pasado y sólo se mantienen en barcos históricos o de ocio, ya ha empezado el proceso para dejar atrás las columnas de humo que a veces generan los barcos mientras están en puerto. Un cambio que mejorará la calidad del aire y permitirá frenar la emisión de gases de efecto invernadero.
Todo el sector marítimo se encuentra en plena transformación; las navieras ya encargan los futuros barcos que funcionarán con combustibles libres de emisiones y los que operan actualmente ya cuentan, en muchos casos, con tecnologías que permiten reducir las emisiones que generan.
Y los puertos participan de esta transformación ofreciendo las infraestructuras necesarias para que estos barcos puedan funcionar de la forma más eficiente posible, ya sea con combustibles de transición o parando sus motores mientras están en puerto, gracias a la tecnología Onshore Power Supply (OPS).
El Puerto de Barcelona, de hecho, es el primero del Mediterráneo que cuenta con un sistema OPS en una terminal de contenedores. Inaugurado este mes de julio, ya permite en los barcos que llegan a la terminal BEST conectarse a la red de media tensión que se ha desplegado hasta cerca del muelle y parar sus motores, dejando de generar emisiones mientras están amarrados.
Los dos primeros años, el OPS funcionará en fase piloto y se prevé que realice unas 92 conexiones. De esta forma, se eliminarán 2.500 toneladas de CO2 anuales, el equivalente en unos 135.000 coches circulando 30 kilómetros diarios al año. A partir del tercer año, la previsión es poder multiplicar el número de conexiones anuales.
Este OPS, sin embargo, es sólo el principio. El plan Nexigen, con una inversión superior a los 200 millones de euros, instalará los próximos cinco años puntos de conexión en todas las terminales de contenedores, cruceros y ferris del Puerto de Barcelona y suministrarlos energía de origen 100% renovable.
Combustibles más limpios
Suministrar electricidad a los barcos no es la única vía para reducir las emisiones. El combustible que consumen los barcos es clave y, mientras el sector marítimo no llega a un consenso sobre cuáles serán los combustibles del futuro, ya lo hay sobre cuál es el mejor combustible de transición. El gas natural licuado (GNL) se ha consolidado en Europa como una alternativa mucho más limpia que el fuel, ya que permite las emisiones de partículas y óxidos de azufre (SOx) y reducir en aproximadamente un 70% las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y en torno a un 20% las de CO2.
El Puerto de Barcelona cuenta desde febrero de 2023 con una gabarra para suministrar GNL a los barcos, la primera con base en un puerto del Mediterráneo. En su primer año operando en el Puerto de Barcelona, 619 barcos propulsados con GNL hicieron escala en el Puerto de Barcelona, reduciendo en un 10% las emisiones de NOX del total de escalas.
Disponer de estas infraestructuras, tanto para suministrar a los barcos GNL o electricidad, permite atraer en el Puerto de Barcelona los barcos más eficientes que navegan actualmente, redundando así en un mayor impacto positivo para la ciudadanía y atrayendo inversiones privadas para mejorar todavía más estos servicios.
El puerto, un hub de producción de energía
El plan de Transición Energética del Puerto de Barcelona, no se limita sólo a reducir las emisiones. También quiere convertir el puerto en un centro de producción de energías renovables, una iniciativa que ya está en marcha. Este verano se completó la instalación de placas solares en la cubierta de la nave de Decathlon en la Zona Franca, la primera fase del plan para convertir la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) en el parque solar sobre cubierta mayor de Europa. Una vez finalizado, tendrá una potencia instalada de 40 MWp, generando la energía equivalente al consumo de 41.250 personas.
Asimismo, ya se están reservando espacios del puerto para dedicarlos a la producción de combustibles verdes y energías renovables. A corto plazo se contempla la construcción de una planta de producción de biometano, un combustible de emisiones neutras en carbono, que permitirá sustituir el GNL para la propulsión de los barcos.
Todos estos esfuerzos están encaminados a reducir las emisiones que genera la actividad portuaria y mejorar la calidad del aire en torno al Puerto de Barcelona a la vez que se lucha contra la emergencia climática. El objetivo es reducir las emisiones en un 50% el año 2030 y convertirse en un puerto neutro en carbono el año 2050.
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