La prestación por nacimiento y cuidado de menores ya inyecta más de 3.000 millones de euros al año en las economías de las familias que tienen descendencia: así ha ocurrido en 2021 y 2022, los dos primeros años en los que los permisos para los progenitores se han equiparado y ampliado hasta las 16 semanas, lo que supone un aumento de las prestaciones de más del 50% en relación con las antiguas de maternidad y de paternidad que se aplicaron hasta mediados de 2019.

Según consta en la respuesta a una pregunta parlamentaria del senador malagueño del PSOE Miguel Ángel Heredia, entre enero y noviembre del año pasado la Seguridad Social aprobó 436.508 solicitudes que conllevaron el cobro de prestaciones por valor de 3.000 millones de euros, con un ligero aumento en relación con el ejercicio anterior en cuanto a beneficiarios (2.936, +0,67%) que, en cambio, alcanzó el 9,6% en cuanto a la aportación frente a los 2.737 millones del año anterior.

"El número de prestaciones ha sido casi el mismo, mientras que el gasto en prestaciones ha mejorado sustancialmente respecto al año anterior", destaco Heredia.

El 2021 fue el primer año en el que la aportación a esta prestación, que "permite compensar económicamente los gastos que se producen en las familias por el nacimiento, adopción acogimiento o guarda con fines de adopción de un menor", superaba los 3.000 millones de euros, algo que también sucedió en 2022 a falta de conocer los datos del cierre de diciembre, que la Seguridad Social todavía no ha hecho públicos.

Más de un 50% por encima de las antiguas prestaciones

Esa cuantía supera en algo más de un 50% la que generaban las antiguas prestaciones de maternidad y de paternidad, de menor duración y que en 2017 y 2018, los dos últimos ejercicios completos en los que se aplicaron, se quedaron en 1.829 y 1.924 millones de euros.

La aportación de la Seguridad Social a esta prestación ya comenzó a subir de una manera clara durante los dos años de transición hasta la equiparación de las 16 semanas para ambos progenitores en a partir de enero de 2021, con un acumulado de 2.162 millones en 2019, cuando el antiguo sistema se mantuvo vigente hasta marzo, y otro de 2.556 en 2020. La cuantía crece con la ampliación del periodo.

La cuantía de la prestación es, según establece el decreto que la regula, del 100% de la base de cotización para contingencias comunes de cada trabajador, que es abonada por el Seguro al progenitor que permanece de permiso para encargarse del inicio de la crianza, algo que pueden hacer ambos de manera simultánea.

El permiso, con una duración de 16 semanas similar a la que se da en países pioneros en el desarrollo del Estado de bienestar como Dinamarca, Islandia o Suecia, supone un derecho individual e intransferible entre cuyos requisitos se encuentra el de tener que disfrutar seis de esas semanas inmediatamente después del parto o, en su caso, de la resolución que dé lugar a una situación de adopción, guarda o acogimiento, mientras que cada uno de ellos puede disponer de las otras diez en periodos posteriores.

El marco normativo sigue en evolución

No obstante, el nivel de excelencia de los modelos elegidos como referencia tampoco garantizaba por sí mismo que el diseño de la norma fuera completamente acertado.

De hecho, los tribunales han ido puliendo la norma durante su breve periodo de vigencia al concluir que esos cuidados no son tanto un derecho de los progenitores como de los bebés, lo que ha llevado a conceder a madres solteras el disfrute de los dos permisos tanto en empresas privadas como en las administraciones públicas.

Y también en el ámbito político se aproximan novedades para la gestión de esos cuidados. "Los padres podrán adelantar diez días su permiso de paternidad para cuidar de la madre durante el tiempo previo al parto, tal y como se recoge en el proyecto de Ley de Familias", anota el senador.

El texto, que prevé ampliar a las familias monoparentales algunos beneficios económicos que hasta ahora quedan restringidos a las numerosas, contempla también la puesta en marcha, de manera progresiva, de un permiso parental de ocho semanas hasta que los hijos tengan ocho años y que podrá disfrutarse de forma continua o interrumpida y, también, un permiso por ausencia por fuerza mayor familiar de hasta cuatro días retribuidos al año.