El cierre de dos grandes plantas en España como son la de Nissan en Barcelona y la de Alcoa en Lugo, suponen un fuerte mazazo para la economía española. De hecho, el peso de Nissan supone un 1,3% del PIB en Catalunya y 2,3% del empleo industrial, mientras que el cierre de Alcoa puede suponer la muerte de la comarca en la que se sitúa.

Nissan ha comunicado este jueves su decisión de cerrar la planta de Barcelona y así se lo ha comunicado de forma oficial al Gobierno. Este cierre supondrá el recorte de unos 3.000 puestos de trabajo directos con los que cuenta la instalación y de otros 20.000 puestos indirectos.

Por este motivo, cientos de trabajadores se han concentrado esta mañana en las puertas de la planta, mientras que el presidente de Nissan para Europa, Gianluca De Ficchy ha asegurado a la prensa que "no había una solución viable para el futuro de la fábrica de Barcelona".

La compañía tiene pensado empezar el proceso de cierre de su fábrica principal en Barcelona y las otras dos plantas que prestan servicio en las inmediaciones de la ciudad a partir de diciembre del presente año.

Los problemas de Nissan en la planta de Zona Franca vienen de lejos, por este motivo, en marzo de 2019 el comité de empresa en Zona Franca y Montcada i Reixac (Barcelona) presentó un plan estratégico en el que se recogía que desde el año 2009 la automovilística habría recibido ayudas del Estado y la Generalitat por valor de 179,7 millones de euros.

Según los datos presentados por el comité –citando los datos del Ministerio de Industria–, desde 2009 Nissan ha recibido ayudas del Estado por un total de 154,64 millones de euros y por parte de la Generalitat, la cuantía habría sumado un total de 25,1 millones de euros en subvenciones y préstamos entre los años 2010 y 2017.

Alcoa: 1.000 millones de euros, rebaja de la luz y más de 2.000 empleos

Alcoa también ha anunciado el despido colectivo de hasta 534 trabajadores de una de sus plantas en Lugo, alegando "factores estructurales inherentes y a dificultades de carácter permanente" en su decisión de echar el cierre a la factoría de aluminio.

A través de un comunicado remitido a los medios de comunicación, la aluminera norteamericana asegura que su planta de aluminio "afronta una serie de problemas externos de producción y de mercado que han hecho que la producción de aluminio primario sea ineficiente y la operación de la planta no sea competitiva".

Alfonso Villares, alcalde de Cervo, municipio al que pertenece la planta industrial de la empresa, espera que el Gobierno todavía pueda revertir la situación y ha asegurado en una entrevista en la Cadena Ser que "los despidos de Alcoa suponen la muerte de la comarca", ya que afectarán a unas 2.000 personas entre empleos directos e indirectos.

 Alcoa recibió unos 1.000 millones de euros para rebajar los costes de su factura de la luz entre el año 2008 y el año 2018 a través de las subastas de interrumpibilidad. Además, gracias a esa ayuda pública, Alcoa pagaba el kilovatio/hora a 4 céntimos, frente a los 9 de la industria o los 23 de los hogares.

Una "catástrofe laboral e industrial", según Errejón

El diputado de Más País, Iñigo Errejón, el diputado de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, y el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, han sido algunos de los políticos que han reaccionado a los anuncios de cierre de las plantas de Barcelona y Lugo.

Íñigo Errejon ha catalogado de "catástrofe laboral e industrial" el anuncio de cierre de la planta de Nissan y ha pedido que el Estado asuma la producción de las plantas de Nissan.

"Exigimos que el Gobierno actúe allá y actúe de inmediato. Tiene que garantizar el empleo en Nissan y lo tiene que garantizar asumiendo las plantas y transformando la producción, reorientando la hacia una producción verde", ha explicado.

Por su parte, Pablo Casado ha atacado al presidente del Gobierno en un tweet y ha asegurado que "la demonización de la izquierda a la industria del motor tiene nefastas consecuencias" para la economía y el empleo.