El magnate mexicano Carlos Slim aumentó su presencia en el sector inmobiliario español en el comienzo del año con la toma de un 3% en la promotora Quabit.

Tras entrar en el inmobiliario español en 2012 con la compra de una cartera de activos a Caixabank, el empresario mexicano controla entre participaciones directas e indirectas el 81% del grupo de construcción e infraestructuras FCC y el 71% de la inmobiliaria Realia.

Según muestran los registros de la CNMV, el 2 de enero Slim compró a través de Inversora de Carso un 3,006% de Quabit (4.471.837 acciones), una participación que a los precios actuales de mercado tiene un valor de algo menos de 5 millones de euros.

El accionariado de Quabit (una empresa que salió a bolsa en 2006 y tiene una capitalización bursátil de alrededor de 160 millones de euros) lo encabeza su presidente y consejero delegado Félix Abánades, que tiene un 20,% del capital. También están presente en el accionariado de la inmobiliaria Francisco García Paramés, con un 3,08% a través de su gestora Cobas, y varios fondos internacionales.

Slim desembarca en el capital de Quabit mientras la promotora desarrolla un plan de negocio que, tras el ajuste realizado a comienzos de este año, tiene como objetivo entregar entre 2.600 y 2.800 viviendas anuales a partir de 2022, superar los 600 millones de euros de facturación y los 70 millones de Ebitda.

El magnate mexicano apuesta por Quabit después de que, en virtud de su entrada y rescate de la constructora FCC en 2015, entrara y saneara Realia, promotora que también volvió a promover viviendas tras la crisis y actualmente trabaja en poner en marcha en el primer trimestre de este año una filial de viviendas de alquiler. Realia cuenta además con una división de patrimonio integrada por una cartera de edificios de oficinas y centros comerciales repartidos por Madrid y Barcelona, entre los que figura una de las torres Kio de la Plaza de Castilla de Madrid.

Quabit Inmobiliaria ha subido un 5,15% en la sesión de Bolsa de este martes, para cerrar la jornada a 1,1440 euros por acción, alcanzando así su precio máximo de los últimos seis meses y consolidando la cota del euro por título.