Ante los últimos datos del año del Índice de Precios al Consumidor –el indicador que determina cuál es la inflación del momento en base a determinados productos–, se debe conocer qué es la inflación subyacente, su importancia y qué productos deja fuera.

La inflación subyacente muestra la variación de los precios de la cesta de la compra sin tener en cuenta los valores económicos de la energía ni de los productos que no requieren fabricación. Por tanto, compara el aumento o la disminución del coste de los artículos en un corto plazo.

Esto supone que el valor de los productos se pueda comparar en diferentes meses para determinar si se ha dado un caso de inflación –un aumento del precio de los bienes y servicios– en un periodo que puede ser mensual o trimestral.

¿Qué productos quedan exentos de esta fórmula?

A diferencia de la inflación general, que se aplica de forma general sobre todos los bienes y servicios en un corto o largo plazo, la subyacente se centra en aquellos productos que han sido elaborados.

La energía como la electricidad, la gasolina o el gas queda exenta de este análisis al igual que las frutas, verduras o legumbres. El resto de productos y servicios como los alimentos procesados, la ropa, la hostelería o la restauración entran dentro del análisis de este indicador.

La subyacente de diciembre

Este índice, que provisionalmente ha facilitado los datos de diciembre, ha marcado una tasa interanual de 5,8%, la menor desde noviembre de 2021. El Instituto Nacional de Estadística incorpora en el avance una estimación de la inflación subyacente, que ha subido seis décimas en el último mes del año hasta alcanzar el 6,9%. 

La ropa y el calzado son los productos cuyos precios más han disminuido, aunque algo menos que en diciembre de 2021. Por el contrario, el tabaco y los alimentos elaborados han aumentado con respecto al año pasado.