"Mi nombre es Marc, soy uno de los 2.000 trabajadores del almacén de Amazon en San Fernando de Henares, y voy a sufrir grandes rebajas en mis condiciones laborales. Nos quieren quitar los derechos que habíamos conseguido. Mientras, Amazon crece y crece sin parar”. Así resume Marc Balmes, del sindicato CGT y miembro del Comité de Empresa del centro logístico de Amazon en Madrid, las razones por la que hará huelga la semana que viene.

 Los trabajadores del mayor almacén en España de la multinacional del comercio electrónico han convocado dos jornadas de huelga los próximos 21 y 22 de marzo y piden a los consumidores para que hagan boicot y no realicen pedidos durante el conflicto. Será la primera vez que los empleados de la división española de la empresa se movilicen y, según apuntan fuentes sindicales, amenaza con convertirse en la mayor huelga sufrida por Amazon en Europa, y podría paralizar gran cantidad de los pedidos en España.

El apoyo de los trabajadores a este paro de 48 horas es abrumador, según han explicado varios de los sindicatos que forman parte del comité de empresa. En este centro trabajan unos 1.100 empleados fijos y alrededor de 900 temporales, señalan los sindicatos, que hacen hincapié en que, tras la asamblea de trabajadores en el centro, el 75% de los cerca de mil empleados que votaron se mostraron a favor de dar la batalla contra el gigante estadounidense.

La huelga tan solo busca mantener los derechos laborales de la plantilla, explica Ana Berceruelo, delegada de CCOO en la empresa. “Este centro es el más antiguo de España y tiene un convenio colectivo propio que se consiguió en 2015. En 2016 finalizó y, durante 17 meses de negociaciones, Amazon sólo ha puesto sobre la mesa que el centro se rija por el convenio colectivo provincial”, critica. La portavoz de UGT, Rosa García, puntualiza: "Pero aún, Amazon quiere el convenio provincial pero cortado a su medida". 

Se trata del Convenio Provincial de Logística y Paquetería de la Comunidad de Madrid, que supone recortes no sólo en materia salarial, sino en varios derechos a los que los trabajadores no están dispuestos a renunciar. “La intención de la empresa es abaratar costes cuando está ganando más dinero que nunca y en un trabajo que es bastante duro. Hay empleados en el almacén que pueden recorrer al día más de 20 kilómetros andando", ilustra Luis Miguel Ruiz, delegado de CGT.

Menos aumento salarial

Los trabajadores llevan sin subida salarial desde que caducó el convenio. Hasta ahora negociaban subidas anuales siempre superiores al IPC, pero la multinacional pretende que esa subida la marque el convenio provincial, que actualmente es menor que la que había logrado en el centro de trabajo. Además, pese a que el convenio provincial incluye aumentos por antigüedad, Amazon no está por la labor de aplicarlos en su totalidad, explican los sindicatos.

Menos cobertura por baja laboral

La cobertura por baja laboral es uno de los puntos que más preocupa a los empleados, tanto por enfermedad común como por incapacidad temporal. Actualmente reciben el 100% del salario en la primera baja del año durante 18 meses. La intención de la empresa es eliminar su completo, por lo que el trabajador sólo recibiría el 75% de su sueldo en caso de baja, entre otros recortes planteados. "En nuestro trabajo se cargan cajas y se realizan movimientos mecánicos constantemente. Además, la carga y ritmos de trabajo son muy elevados, por lo que hay muchas lesiones de hombro y rodillas. Las bajas laborales son muy habituales y muchas veces son largas", explica el delegado de CGT.

Discriminación salarial y abaratamiento de puestos

Otra de las novedades que Amazon ha puesto sobre la mesa es la supresión de una de las tres categorías laborales que existen en la empresa, los llamados T2, responsables de inventario, que pasarían a ser mozos de almacén o T1. Supondría el descenso de categoría de una parte importante de la plantilla, aunque seguiría realizando las mismas funciones y percibiendo el mismo salario. El problema es que los nuevos empleados que accedan a esos puestos entrarán con el salario del T1, aunque realizan funciones del extinto T2. "Es abaratar un puesto de trabajo", critican. Además, se esos mismos empleados cobrarán menos que otros compañeros que hayan mantenido el salario anterior, de forma que habrá trabajadores cobrando menos que otros por el mismo trabajo. Según estiman los sindicatos, la diferencia rondaría entre los 3.000 y 5.000 euros brutos anuales.

Horas extra más baratas

La propuesta de la empresa supondría, además, la reducción del precio de las horas extraordinarias, de las horas del trabajo en festivos y en el turno de noche. También eliminaría algunas medidas de conciliación o días y horas de asuntos propios, señalan fuentes sindicales.

Consultada por Público sobre la huelga convocada, la multinacional se ha limitado a responder que seguirán "manteniendo un diálogo directo con nuestros asociados y garantizando las mejores condiciones laborales y un paquete de remuneración competitivo, un gran ambiente de trabajo y oportunidades profesionales.”