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Arturo Fernández amenaza con cerrar uno de sus negocios para romper la huelga

Los trabajadores del histórico restaurante madrileño Edelweiss denuncian que el empresario les adeuda casi seis mensualidades y han convocado una huelga para el mediodía de hoy y para los fines de semana

Arturo González, presidente de la patronal madrileña CEIM.

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- Los trabajadores del histórico restaurante madrileño Edelweiss, especializado en comida alemana y en su acreditado codillo, han convocado a partir de hoy, día de Año Nuevo, una huelga de dos horas, entre las 14.00 horas y las 16.00 horas, en señal de protesta por los reiterados incumplimientos salariales por parte de la empresa, propiedad del empresario Arturo Fernández. A los trabajadores, alrededor de una docena, se les adeudan cinco mensualidades completas y parte de una sexta.

El paro convocado por el colectivo laboral, que tendrá continuidad durante los siguientes sábados, domingos y festivos, es “el último recurso que nos queda para presionar a Arturo Fernández para que nos pague lo que nos debe. Llevamos un calvario de continuos incumplimientos en el pago de las nóminas desde hace un año junto a un rosario de mentiras y falsas promesas”, han declarado a ‘Público’ varios trabajadores de la plantilla del restaurante, situado junto al Congreso de los Diputados.

La respuesta de la empresa, que se encuentra bajo el control de un administrador concursal –el holding empresarial de Arturo Fernández, Grupo Cantoblanco, entró en concurso de acreedores
el pasado mes de octubre–, ha sido la de trasladar a los trabajadores una amenaza de cierre del restaurante a partir del día

15 de enero, según fuentes de los trabajadores. “Primero fue el director de área de Cantoblanco, José Carlos Bernal, hace unos días y luego el mismo Arturo Fernández, el pasado día 30 de diciembre, quienes dijeron que había un acuerdo con el administrador concursal para cerrar la actividad”, dijeron fuentes laborales a Público.

“La huelga es una tontería. No tiene sentido. Además, el cierre del restaurante me lo han pedido los propios trabajadores porque saben que es inviable. Ya no está de moda este tipo de restaurantes. Me cuesta entre 120.000 euros y 180.000 euros al año; el pasado mes de noviembre perdió 18.000 euros. Mientras había otros recursos se podía sostener, pero ahora no”, ha declarado Arturo Fenández en conversación con este periódico.

“Lo hemos intentado, pero es imposible seguir. Los primeros que quieren ir al paro son los cocineros. La mayoría de los trabajadores tienen más de cincuenta años y lo que están deseando es la liquidación y los papeles para irse al paro o a la jubilación. Se les deben dos meses y se les ha pagado uno la semana pasada y este lunes el que queda, si hay acuerdo”, sostiene el empresario Arturo Fernández´.

Este empresario dimitió el pasado día 18 de diciembre como presidente de la CEIM, la organización patronal madrileña, tras conocerse que fue uno de los beneficiarios de la ‘tarjetas black’ de Caja Madrid, un escándalo de corrupción que está siendo investigado judicialmente. También tuvo que abandonar su puesto de vicepresidente de la CEOE. Estrechamente vinculado a la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, Arturo Fernández se mantiene como presidente de la Cámara de Comercio de Madrid y en el comité ejecutivo de IFEMA, la institución ferial madrileña.

Los trabajadores discrepan radicalmente de la versión ofrecida por el polémico empresario, quien se ha visto obligado a perder las concesiones de catering en varias instituciones, entre ellas la del congreso de los Diputados y la de la Asamblea de Madrid, y grandes empresas en el último año. “Hace mal las cuentas y con trampa, como siempre. Nos debe cinco meses – julio, la extra del verano, agosto, diciembre y la extra de diciembre, además de 11 días de la nómina de octubre. Lo que ocurre es que no cuenta los salarios después de la entrada en concurso de acreedores”, aseguran los trabajadores.

Respecto a la petición de cierre por parte de los trabajadores, añaden: “No es cierto. Lo que sí hemos dicho es que no queremos seguir trabajando gratis y que nos tomen por esclavos, que es como nos está tratando la empresa desde hace un año. Pero antes de todo, que nos pague lo que nos debe; por eso convocamos la huelga”.

“Ayer mismo –por el pasado día 30 de diciembre– el propio Arturo Fernández llamó tres veces al restaurante. La primera, para pedirnos que aguantáramos sin huelgas hasta el día 15 de enero; luego, para decir que cerraba hoy –por ayer día 31-, y la última, para asegurar que iba a negociar con el administrador concursal seguir con el restaurante abierto seis meses más sin pagarnos la nómina. Ese es el tipo con el que tratamos”, explica, indignado, otro trabajador.

Pero Fernández, que tiene hipotecas sobre los dos locales del restaurante en favor del Estado para hacer frente a sus deudas tributarias pese a que los locales ya soportan hipotecas previas con el Banco de Santander, insiste en su tesis, siempre bienintencionada: “Los abogados están negociando. Quiero que todos tengan los papeles para irse al paro y que el Estado –o sea, el Fogasa- pague la deuda que no puedan cobrar de la empresa. La administración concursal también está en la negociación. Los cocineros, que tienen más de sesenta años, son los primeros interesados en esta solución”, recalca.

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