La Unión Europea cerró el miércoles de madrugada un acuerdo preliminar para poner límites a los pagos mayoristas que los operadores de telecomunicaciones se facturan entre sí cuando sus clientes usan el móvil en el extranjero, lo que despeja el camino para la abolición de las tarifas de itinerancia en junio.

Los límites a los cargos al por mayor por la itinerancia eran el último escollo para acabar a partir del 15 de junio de 2017 con las tarifas que paga el usuario, poniendo fin a una década de esfuerzos de Bruselas para que los ciudadanos usen sus teléfonos móviles en otro país sin tener que pagar más por ello.

Los cargos mayoristas por los datos (que eran los más controvertidos dado el uso exponencial del Internet en el móvil) estarán limitados a 7,7 euros por gigabyte desde junio, bajando a 2,5 euros por gigabyte en 2022.

El límite por hacer llamadas se reducirá de cinco céntimos de euro por minuto a 3,2 céntimos por minuto, mientras que por mandar un mensaje de texto bajará a un céntimo de euro, desde dos céntimos, en junio, dijo un portavoz de Malta, país que ejerce la presidencia rotatoria de la UE y encabezó las conversaciones.

"Adiós al roaming", tuiteó Miapetra Kumpula-Natri, la europarlamentaria que gestionó el proceso en nombre del Parlamento Europeo.

La Comisión Europea revisará los límites mayoristas cada dos años y propondrá nuevos si es necesario. El acuerdo del miércoles ha de ser confirmado por el pleno del Parlamento Europeo y por los países miembros.

Un hombre habla por su móvil en la plaza parisina de Trocadero, con la Torre Eiffel al fondeo. REUTERS/Christian Hartmann

La batalla contra las tarifas de itinerancia adquirió especial significado después de que Reino Unido votara a favor de abandonar el bloque el año pasado en medio de un incremento del sentimiento antieuropeísta. Desde entonces, Bruselas ha buscado mostrar que funciona para el ciudadano medio. "Hoy cumplimos nuestra promesa", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Andrus Ansip.

Pero después de alcanzar el acuerdo, los legisladores afrontan el desafío de quién abonará la factura, ya que los operadores de telecomunicaciones aún tienen que pagarse entre sí por mantener a los usuarios conectados.

El dilema estuvo sembrado de diferencias en cuanto a los precios nacionales y los patrones de consumo en el bloque, lo que hizo muy difícil alcanzar un acuerdo para limitar las tarifas al por mayor que encajara en todos los mercados del bloque.