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Verdasco se doctora en Barcelona

El tenista español se impone a Robin Soderling por 6-3, 4-6 y 6-3 y se lleva su quinto torneo ATP

GONZALO CABEZA

Cuando los planes salen bien, la satisfacción es grande. Pero las cosas son aún mejores cuando los éxitos llegan de improviso. Verdasco no iba a aparecer por Barcelona. En su plan de temporada, había borrado el torneo para centrarse en los Master 1.000, pero, a última hora, decidió jugar el Godó.

Su buen estado de forma, demostrado con amplitud en Montecarlo, le empujó a pensar que lo podía hacer bien en Barcelona. La ausencia de Nadal le dejaba casi como favorito, una condición que aprovechó para ganar el torneo más importante de su carrera deportiva, exceptuando la Copa Davis.

En la final, su víctima fue Soderling, un jugador con el que le une un patrón común: los dos han explotado en las últimas temporadas y brillan en tierra a pesar de tener un repertorio perfecto para superficies duras. El partido fue sufrido, con cambios de rumbo y momentos de duda para ambos. Pero, en conjunto, Verdasco fue mejor. Su derecha es rocosa, una de las más estéticas del circuito, y ahora sabe sacar provecho de la táctica variando alturas y direcciones para volver loco a su rival. Una buena combinación para dar un salto esperado desde hace tiempo.

Más allá de eso, el gran cambio es de actitud. Los nervios son parte del pasado y no existe la ansiedad que antes era evidente. Ya no se lía a raquetazos con el suelo y no piensa que va a perder su servicio en los momentos importantes. La expulsión de sus demonios le ha llevado a no ser sólo talento, ahora ya es un gran jugador.

Aún le faltan cosas, pero su estado actual le hace ser siempre un tenista a tener en cuenta. Por fin uno de los mejores sin que nadie dude de ello. Estar en la élite no significa ganar torneos con facilidad. El propio Verdasco sabe que sigue habiendo gente mejor que él a los que normalmente no ganará y así lo expresó en los agradecimientos del torneo: 'Espero que el año que viene tampoco juegue Rafa, para así poderlo ganar otra vez'. La petición es lógica. Nadal había ganado los cinco años previos.

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