El equipo campeón siempre lo es por algo, por orgullo por ejemplo. San Antonio Spurs recortó diferencias con los Lakers al vencer 103-84 el tercer partido de la final de la conferencia Oeste. La actuación de Ginobili fue esencial para que los tejanos vean con menos nubes el panorama de esta eliminatoria. El escolta argentino se marcó un primer tiempo sublime con 22 puntos. Los californianos empezaron bien el partido pero la impresión sólo duro un cuarto. La marcha de los titulares al banquillo y la explosión de Manu abrieron una ventaja de diez puntos al descanso.

Como ya sucedió en el primero partido, ni Fisher ni Odom encontraron el paso. Kobe apareció a cuentagotas y Gasol fallón y blando en defensa. El español ha abierto una cruzada contra los árbitros que no le conduce a nada. No hay jugada en que no gesticule o tire una miradita de reproche contra uno de los colegiados. Tim Duncan le tiene desquiciado. El jugador franquicia de los Spurs se marcó un partidazo con 22 puntos y 21 rebotes. Pau 15-5, con un horrible porcentaje de acierto.

Los Lakers intentaron la remontada en el último cuarto cuando ya iban 20 puntos abajo. Ni los cuatro triples casi consecutivos de Bryant sirvieron para algo. Con dos horas de de retraso llegó la estrella de los amarillos al tercer partido de la serie. Los Spurs siempre encontraron una respuesta en Duncan para paliar el daño del 24 al otro lado del campo. La madrugada del miércoles volverán a encontrarse en el cuarto partido de la final.