España no lo pudo intentar más veces. Hizo todo lo posible por ganar, jugó mejor, no dejó de atacar ni un sólo segundo, pero se quedó con el subcampeonato del Europeo sub-17. En la grada observaban con curiosidad los jugadores de la absoluta, que están concentrados en Innsbruck, a pocos kilómetros de Vaduz, donde se jugó la final.

Inglaterra tuvo algo que España no encontró: efectividad. Los británicos aparecieron en dos ocasiones cerca del área de Ortolá, portero del Roda, y en ambas terminaron llevándose el gol. Con muy poco sacaron adelante el primer título inglés en la categoría. Un gol de Wisdom a la salida de un córner y otro de Wickham en jugada personal certificaron la derrota de la roja.

Antes de eso, España se había adelantado gracias a un tanto de rebote de Deulofeu, virguero extremo del Barcelona con el descaro suficiente para encarar a quien se le ponga por delante aunque, en ocasiones, le sobre un regate. Una característica que pulirá con el tiempo, pues talento tiene por arrobas.

Le faltó a la selección de Ginés Meléndez un poco de calma para concretar sus opciones, acciones claras que se perdían por el camino por el exceso de precipitación para culminarlas. Mientras tanto, los ingleses, todos con un físico contundente, marcaban bien la línea y truncaba los esfuerzos del madridista Jesé, o de Pablo Hervás, de la Real Sociedad. Paco, máximo goleador de la selección y jugador del Valencia, tampoco estuvo acertado de cara a puerta.

En los últimos minutos España arriesgó al máximo, dejó una defensa de tres y los otros siete bombardearon el marco inglés. No hubo manera, pero eso no les quita ni un ápice del brillante futuro que, sin duda, les aguarda. El grupo tiene talento, algún día serán grandes.