"Soy mujer y madre de dos hijas. Quiero dedicar este premio a la selección española, un equipo que merecía estar celebrando el título del mundo". Sarina Wiegman, seleccionadora neerlandesa del equipo femenino de fútbol de Inglaterra, pronunció el jueves este discurso durante el acto en el que la UEFA le entregaba su premio a la mejor entrenadora de fútbol femenino del año.

Wiegman, entrenadora de las subcampeonas del mundo, también se ha sumado al apoyo a la jugadora española Jenni Hermoso y a sus compañeras tras el escándalo por el beso forzado de Luis Rubiales a la futbolista, que ha conllevado su suspensión temporal por parte de la FIFA.

La seleccionadora neerlandesa, con el trofeo en la mano, aseguró que  "queda mucho por andar en el fútbol femenino" y quiso dedicar su premio también al equipo español femenino. "Iba a pedir este aplauso después, pero este equipo debe ser escuchado y debe ser celebrado, así que pido otro gran aplauso para ellas. Un aplauso que yo misma voy a realizar", aseguró, dejando el trofeo en el suelo para ponerse a aplaudir.

Poco después, la internacional española Aitana Bonmatí recibió también en la gala el premio a la mejor jugadora del año, y del mismo modo lanzó un mensaje de solidaridad y apoyo a Hermoso y de condena a la actitud de Rubiales. "No debe haber abuso de poder en ninguna relación laboral", dijo.

Tras la gala, según ha informado la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el presidente interino y mano derecha de Rubiales, Pedro Rocha, acompañado del director de estrategia y relaciones internacionales, Jorge Mowinkel, presentaron sus disculpas a Sarina Wiegman por lo ocurrido en la final del Mundial.