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La Roja pasea su estrella

España se enfrenta a la Argentina de Batista en un partido que Buenos Aires espera tanto como un duelo contra Brasil

ANA DELICADO

Entradas agotadas desde hace días, tema recurrente en cafeterías y restaurantes. Es un partido amistoso, pero para Argentina jugar contra España provoca tanto deseo como temor. La selección albiceleste es cauta en sus comentarios sobre la campeona mundial, pero su objetivo es resarcirse de aquel 4-0 con el que Alemania la despidió del Mundial. El Monumental, feudo de River, será el escenario. El duelo de hoy no causa menos interés que un Argentina-Brasil y los porteños admiten el cariño que sienten hacia España, aunque su pasión por el fútbol local es más intensa. 'Será un choque interesante', confiesa Enrique, de 32 años. 'Tengo nacionalidad española y me puse contento cuando ganó España el Mundial, pero a la hora del fútbol, yo hincho por Argentina'.

La prueba del tirón de La Roja se dio en su primer entrenamiento en La Bombonera. 4.000 aficionados acudieron a ver a la campeona del Mundo.

Los elogios a España se suceden, el último de ellos de Messi. 'Son el mejor equipo del mundo', admite sin ambigüedades el jugador del Barcelona. Él conoce el estilo español y, por eso, asegura saber el antídoto contra la selección de Del Bosque: 'Tenemos que quitar la pelota a España'.

La última vez que ambos países se enfrentaron fue en noviembre de 2009. En aquella ocasión, España venció por 2-1 gracias a dos goles de Xabi Alonso aunque el partido se recuerda más por la agresividad de la albiceleste, en aquel momento dirigida por Maradona. España y Argentina se han enfrentado 12 veces, con cinco victorias para cada selección y dos empates.

Sergio Bastista, el nuevo técnico argentino, buscará que su selección 'tenga esa identidad, que juegue mucho con la pelota y la haga circular, que salga jugando, que tenga la posesión el mayor tiempo posible'.

Los seguidores del equipo albiceleste discuten, elucubran y sueñan con una victoria que les dejaría con una sonrisa en los labios y con el consuelo de haber ganado nada menos que a los campeones del mundo, que hoy portarán la estrella en la pechera por tercera vez.

Buenos Aires vive entusiasmado. Sin divisiones, sin equipos regionales que separen a unos y a otros, los porteños programan la jornada con una ilusión en la que la derrota no se contempla. El tradicional júbilo de la capital por el fútbol ha vuelto en forma con ánimo de revancha después de la decepción en el Mundial.

Según Del Bosque, España también se juega mucho: 'Tenemos la responsabilidad de seguir adelante, no podemos aburguesarnos'.

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