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El rey es Nadal

El español vence en cinco sets en un maratoniano partido a Djokovic en las semifinales de Roland Garros y luchará por su octavo torneo

EDUARDO ORTEGA

Djokovic es el número uno, pero Nadal sigue siendo el rey de París. El español se impuso en un maratoniano y tremendo choque de semifinales de Roland Garros al serbio (6-4, 3-6, 6-1, 6-7 y 9-7) en más de 4 horas y media, y luchará este domingo por su octavo torneo. [FOTOGALERÍA]

La ciudad del Sena tiene algo para Rafa, una conexión mágica, que ningún otro jugador en la historia del tenia ha tenido nunca. Unos lazos que probablemente han sido los que le han hecho resurgir cuando se desmoronaba mediado el quinto y definitivo set. Entonces sacó su garra y corazón, eso que no pudo demostrar durante sus siete meses de lesión. Hoy la recuperación del balear, leyenda viva de París, está ya fuera de cuestión después de eliminar a su verdugo en Montecarlo. 'Han sido siete meses fuera de la competición. Ha habido momentos bajos y mucha gente que me ha ayudado. Muchas gracias', dijo un emocionado Nadal tras el épico choque.

Nole salió este viernes de la Philippe Chatrier con el mismo semblante que hace un año, cuando cayó en la final del torneo de la capital francesa contra su Némesis particular. El serbio vuelve a llevarse otro revés en la ciudad gala, que se le resiste año tras año. El Grand Slam tendrá que esperar para él. Nadal no duda de que llegará: 'Novak va a ganar Roland Garros otro año. En Australia en 2012 fue un partido similar al de hoy y ganó él. A veces gana uno, otras el otro. Es lo que hace grande al deporte'.

Hoy tuvo muy cerca repetir final por segundo año consecutivo, pese a un comienzo dubitativo e impreciso, en el que se mostró vulnerable, como en el resto del torneo, hasta los cuartos en los que Haas le puso en más aprietos de los esperados. Rafa comenzó como una exalación, con un gran servicio y unas derechas demoledoras imposibles para Djokovic. Así gano la primera manga.

El serbio se rehizo en la segunda y comenzó a encontrar su juego para ganar el set. Y cuando todos en la pista central aguardaban ya el tremendo duelo tras una manga para cada uno llegó el primer giro. Djokovic volvía a perderse y a hundirse y Nadal le destrozaba con un doloroso 6-1. El manacorí tuvo en su mano acabar con el partido en el cuarto set pero lo perdió en el tie break cuando ya había roto el servicio a Nole.

Ese fue el segundo giro de un partido glorioso, de película. Pero lo mejor, el desenlace, estaba por llegar aún. Djokovic puso toda la carne en el asador y entre su tremenda derecha y los excesivos errores no forzados de Rafa, abrió un hueco que pudo ser fatal. Lo habría sido casi para cualquier ser de este planeta. Pero hay dudas sobre el manacorí, que nunca se rinde, ni da una bola por perdida. Ni un partido, por más imposible que se ponga, como el de hoy.

Fue entonces cuando, como en la película de Christopher Nolan, llegó el truco final de Rafa. Le devolvió el break al serbio y empezó a mandar hasta llevarse un choque exquisito, digno de Roland Garros y de dos colosos del tenis y del deporte como son ambos. Sin embargo, en París rey sólo hay uno, Nadal, a quien verá este domingo.

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