'Salgan a ganar, a demostrar que lo de allí fue un accidente'. Pellegrini acostumbra a regirse con gestos y discursos que nunca pierden de vista el fútbol emocional. Se guía por los códigos más ecológicos y respetuosos con el juego. Como el partido de hoy (La Sexta, 20:00 horas) con el Poli Ejido tiene mucho que ver con el orgullo, ha concedido la revancha a los mismos jugadores que padecieron la afrenta de la ida (5-0).

El equilibrio ambiental que Pellegrini trata de salvaguardar en el vestuario le ha empujado a tomar esa decisión. Los once maltratados por un Segunda B tienen la más justa de las revanchas. Si ellos se dieron el batacazo, ellos tendrán que subsanarlo, si pueden. Así es Pellegrini. 'No sé si a remontar este marcador se le puede llamar milagro. El 5-0 es un resultado que se suele dar en el fútbol. Si estuviéramos hablando de un 12-0, sí que se podría llamar milagro', aseguró el entrenador chileno, que elaboró un discurso en el que la palabra imposible no cabe. Aunque el arco de las apuestas sí iba encaminado hacia la utopía: desde 23 a 1 hasta 53 a 1 se pagaba ayer el 6-0 del Villarreal.

Pellegrini teme que el ansia de revancha desboque a sus jugadores y les pide serenidad. El problema es que esta clase de gestas tienen que ver más con las revoluciones que con la mesura. 'Lo más importante es no querer hacer el tercer gol antes que el primero. No debemos entrar acelerados, ni a 200 por hora, lo que supondría mucha imprecisión. Tenemos que hacer un partido muy intenso, recuperar el balón a la mayor brevedad posible y manejarlo con acierto', advirtió el entrenador andino, que espera 'un partido corto y muy trabado por parte de El Poli'.