Los gestos anuncian problemas en Red Bull. Tras la colisión entre ambos coches, Vettel tildó de loco a Webber con reiterados aspavientos ante millones de espectadores, luego recibió el abrazo de los jefes en el muro y, finalizada la carrera, el australiano vivió el podio como un funeral. Minutos después, ninguno asumió la culpabilidad por un incidente que puede privarles de un Mundial que ya parecía tener nombre.

'Si lo ves en la tele, puedes ver qué pasó. Yo estaba en el interior para entrar en la curva. Estaba delante y al empezar la frenada nos tocamos. El coche de Mark golpeó mi rueda trasera derecha y me fui. No hay mucho más que decir', explicó Vettel. Y añadió: 'Estábamos los dos en el mismo ritmo durante la carrera, pero creo que yo era un poco más rápido que Mark en las dos o tres últimas vueltas. Lo alcancé y pensé que podría superarlo en la recta. Yo estaba muy cerca y le pasé por la izquierda. Esa es la historia. Es algo que nadie desea, pero sucede y no hay mucho más que se pueda hacer ahora'.

La versión de Webber es diferente: 'Seb tenía una buena velocidad punta como ventaja y se fue por el interior. Estábamos uno al lado del otro y luego parece que volvió muy rápidamente a la derecha y entramos en contacto uno con el otro. Definitivamente, pasó muy rápido. Es una lástima para el equipo, no es un día ideal'.

Mientras analizan con detalle lo sucedido, Christian Horner, jefe del equipo, lanzó un claro aviso: 'Es decepcionante para el equipo lo que ha sucedido. Lo único que siempre pido a los pilotos es que pueden competir entre sí, pero dando al otro una opción, y eso es exactamente lo que no ocurrió. Sebastián se metió por el interior de Mark, pero luego se cruzó demasiado pronto', señala Horner.

El director de la escudería Red Bull también confirmó que en el momento del accidente 'Webber tenía el motor en modo ahorro de combustible, mientras que Vettel tenía muy cerca a Hamilton y rodaba a toda potencia'.