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Mou frena la hemorragia

El Madrid, pese a su planteamiento defensivo, logra evitar la victoria del Barça por épica y con diez

LADISLAO MOÑINO

 

Cuando todo parecía perdido, cuando todo el plan conservador anti Barça se había ido al garete por un penalti que desniveló el marcador y hasta el número de jugadores por equipo, el Madrid rugió y se levantó. Por épica, más a empujones que por táctica, fue capaz de nivelar la contienda y dejar a salvo las consecuencias anímicas de cara a los tres partidos del maratón de clásicos que aún están por venir. Y rompió una secuencia sonrojante de cinco victorias consecutivas, algunas de ellas humillantes, que lucían los azulgrana. De alguna manera, Mourinho se salió con la suya.

Y eso que tenía el Barça todo a favor. El marcador y superioridad numérica. Pero no supo rematar al Madrid, al que tuvo contra las cuerdas. Hubiera sido un golpe anímico devastador de cara a los tres encuentros que restan. La Liga terminó de sentenciarla el Barça, pero desperdició una ocasión para dejar muy tocado a su rival. Al Madrid le salvó el escudo, que existe desde antes de la llegada de Mourinho. Es el único valor que parece sobrevivir a la presencia del entrenador portugués: la negación a la derrota.

La alineación de Pepe como mediocentro encerró varios mensajes. De primeras, indicaba los temores de Mourinho, sus miedos a un escarnio, a un derrumbe anímico de sus futbolistas por una tunda con la final de Copa a la vuelta de la esquina. Mourinho no tuvo escrúpulos con la historia del Madrid. Sólo con la parte que encumbra los resultados. Y en esa dinámica ha logrado meter a la hinchada y al club. Al Madrid ya sólo le importa y le vale ganar. Ayer, incluso no perder.

Pepe jugó de pivote; Messi y Cristiano, de penalti, los goleadores

El cómo se ha convertido en algo secundario y más si de por medio está el Barça. Tácticamente, la presencia de Pepe consistió en interrumpir la circulación del Barça en el medio o al menos restarle fluidez. Flotaba por detrás de la línea del centro del campo sobre Xavi o sobre Messi. Si Xavi bajaba a recibir, Pepe se quedaba pendiente del argentino. Xabi y Khedira estuvieron más pendientes de Iniesta y de Pedro cuando se metía al centro. El tercer mensaje evidente fue la renuncia a la pelota. Desde el balón, esa decisión fue el reconocimiento de la inferioridad técnica del Madrid. La pregunta es si a 500 millones de euros y la mejor plantilla del mundo ese fútbol le corresponde.

Enfrente, como era de esperar, Guardiola no renunció a todo aquello que le ha metido a su equipo en la historia más selecta. Sorprendió la alineación de Puyol tras dos meses de inactividad. En dos cruces, despejó todas las dudas futbolísticas de una posible precipitación en su vuelta. Aunque su salida en camilla, sí.

La definición de las propuestas la marcó el balón. A los 20 minutos, los registros de posesión le daban al Barça un 80 por ciento. Mourinho contestó con diez jugadores por detrás del balón. Cristiano y Di María se replegaban a la altura de los centrocampistas. Y en verdad el dominio del Barça fue trabado y con menos profundidad de lo habitual.

Con todo, varias secuencias de toque estuvieron a punto de acabar en gol. La primera la desperdició Messi en una vaselina inocente que adivinó Casillas. La segunda pudo acabar en penalti tras derribar el propio meta madridista a Villa. La tercera fue un rondo en escalera de flanco a flanco, con Messi combinando en diagonal hasta plantarse en las narices de Casillas, que le sacó el tiro cruzado. El Madrid sólo pudo responder con juego vertical y poco. Sus mejores ocasiones llegaron a balón parado. Un remate de Cristiano de cabeza tras un saque de esquina que sacó bajo palos Adriano y una falta también del portugués, en el segundo tiempo que repelió el poste. Ese fue todo el arsenal que enseñó el Madrid en el área del Barça antes de la descarga emocional por la igualada.

La negación a la derrota es el único valor que sobrevive a Mourinho

No cambió Mourinho en el segundo tiempo su planteamiento pese a la inferioridad manifiesta. Parecía que el empate le valía. Su pensamiento quizás estaba en la Copa. O eso parecía cuando retiró a Xabi Alonso con la derrota ya en el cogote. Pero también salió Özil, que le dio otro vuelo al equipo. Cosido al talento del alemán y al vértigo de negarse a perder, el Madrid puso en apuros al Barça y alcanzó, también de penalti, el empate.

En realidad, no hacía falta más. Era mejor ganar, pero enfrente estaba el Barça. El club que ha destronado del fútbol mundial al Madrid y que cada vez que se enfrentan agiganta más la distancia, por estética y por resultados. Desde esa perspectiva, aunque con un planteamiento quizás mezquino, logró frenar la hemorragia. El Madrid no perdió ante el Barça. Y eso ya es noticia.

1 - Real Madrid: Casillas; Ramos, Albiol, Carvalho, Marcelo; Pepe, Xabi Alonso (Adebayor, m. 68), Khedira; Di María (Arbeloa, m. 68), Benzema (Özil, m. 55. y Cristiano.

1 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol (Keita, m. 56), Adriano (Maxwell); Xavi, Busquets, Iniesta; Pedro ( Afellay, m. 68), Messi y Villa.

Goles: 0-1. M. 52. Messi, de penati cometido por Albiol al agarrar a Villa. 1-1. M. 80. Cristiano, de penalti cometido por Alves sobre Marcelo.

Árbitro: Muñiz. Expulsó a Albiol (m. 51) por roja directa Mostró tarjeta amarilla a Adriano,Piqué, Marcelo, Alves

Santiago Bernabéu: 80.000 espectadores.

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