En la queja de Bullock, tras un lanzamiento de tres que no merece su mecánica (70-75, min. 39), el Real Madrid cerró su discurso europeo en este curso. Porque el cuentagotas de puntos que se escenificó a continuación, de una canasta a otra, sólo sirvió para exteriorizar la queja del grupo de Plaza ante una última acción en la que, de nuevo, Bullock no pudo armar su tiro ante un claro placaje. Mientras Papaloukas se despedía de la afición de Vistalegre, en un gesto poco deportivo, los jugadores blancos se reunieron alrededor del círculo central clamando por la injusticia que acababan de vivir.

Una situación que el equipo blanco quiso evitar durante todo el partido. Hasta el último minuto (70-70), el Madrid presumió de todo lo que ha carecido en los cuatro partidos del playoff de cuartos de la Euroliga. Llegó a dominar el marcador con una ventaja de diez puntos en la que participó todo el grupo como bloque y en la que hasta el último jugador de la rotación quiso sentirse protagonista.

Sin embargo, de nada valió el atrevimiento de Winston con el tiro o los ataques de raza de Llull, ante un Olympiacos en el que, a diferencia del pasado martes, quiso comportarse como equipo. Cuando Greer o Papaloukas no acertaban desde el perímetro, aparecía Bourousis.

Real Madrid (75): Raúl López (4), Bullock (19), Mumbrú (3), Hervelle (5), Felipe Reyes (12) -quinteto inicial-. Winston (9), Van den Spiegel (9), Massey (8), Llull (3), Tomas (3).

Olympiacos (78): Halperin (10), Childress (7), Printezis (9), Teodosic (0), Bourousis (25) -quinteto inicial-. Papaloukas (8), Greer (12), Vasilopoulos (0), Vougioukas (0), Erceg (7), Pargo (0).

Árbitros: Bachar (ISR), Ankarali (TUR) y Viator (FRA). Eliminados Bourousis y Felipe Reyes. Palacio de Vistalegre: 12.900 espectadores. Incidencias: Cuarto partido del playoff de cuartos de la Euroliga.