Con los ecos del golazo de Iniesta en Stamford Bridge aún resonando en Canaletas, el Barça pretendía dar ayer otro alegrón a los propios y otra lección a los ajenos. Todo estaba preparado en el Camp Nou para cantar el alirón, pero el Villarreal lo impidió in extremis, con el Barça en inferioridad numérica, anímica y sin tiempo de reacción. El gol de Joseba Llorente en 90+2 aguó la fiesta azulgrana y recompensó la fe de un equipo valiente que por algo frecuenta la Champions.

“El fútbol es espectáculo; si no, no es fútbol”, mantiene Johan Cruyff. Y así es por lo menos el fútbol del Barça, un espectáculo que dignifica este deporte tan dañado por el resultadismo y la épica mal entendida. El equipo de Guardiola no es todavía campeón de Liga matemáticamente, pero sí futbolísticamente. Además, no es casualidad que el rival que retrasara su alirón fuera el Villarreal, el único capaz de jugarle de tú a tú, sin encerrarse en su campo ni entregarse a un partido de ida y vuelta.

Si el globo de Juande se pinchó con estrépito en el clásico, la sonrojante derrota del Madrid en Mestalla permitía que al Barça le bastara con ganar al Villarreal para proclamarse campeón de Liga a falta de tres jornadas. Como lo primero es lo primero y Guardiola tenía ganas de meterse un título en su bolsillo, el técnico azulgrana volvió a salir con todo. Nada de pensar en la final de Copa de pasado mañana, y aún menos en la de la Liga de Campeones.

Enfrente, el Villarreal, el equipo que más se le acerca en intenciones. Los de Pellegrini se están labrando seguir en la Champions, pero llevaban varias semanas sin encontrar su mejor fútbol. El técnico chileno planteó el partido de ayer acorde a sus creencias. Sin perderle la cara al Barça, disputando la posesión, aunque su fútbol sea menos elaborado y por ello no la necesite tanto para armar una jugada de gol.

A los doce minutos, el Camp Nou empezó a entonar el alirón. Un disparo de Keita lo desvió Gonzalo lejos del alcance de Diego López. El Barça pareció verlo todo demasiado fácil y bajó la intensidad de su juego, lo cual fue aprovechado por el Villarreal, y concretamente por Ibagaza, para montar una jugada en la que llegó el primer empate de Llorente. Instantes después, Valdés, en una reacción más felina que humana, se sacó de la manga una mano y mandó al poste un cabezazo de Rossi.

El Barça no tuvo más remedio que espabilar. Y espabilado estuvo Xavi para sacar rápido una falta al borde del área y posibilitar otra genialidad de Iniesta, quien pese a resbalarse, tuvo tiempo de levantarse, levantar la cabeza y asistir a Etoo para que el camerunés marcara su vigésimoctavo gol. El Villarreal había tenido su oportunidad, incluso para ponerse por delante en el marcador, pero el Barça no está mucho tiempo fuera de los partidos. Y cuando volvió lo hizo en su mejor versión. Encerró a Villarreal en su campo y lanzó una ofensiva que terminó con otro gol, esta vez de Alves al saque de una falta.

Superado en el césped y en el marcador el bajón que dio esperanzas al Villarreal, el Barça volvió tras el descanso aún más decidido a ganar su primer título de la temporada. Iniesta sacó su varita y Xavi marcó el cuarto gol, aunque fue anulado por un inexistente fuera de juego de Keita. El Camp Nou se entregó a su equipo y empezó a corear el ¡campeones, campeones!, situación ante la que el Villarreal se pudo sentir cohibido, pero no entregado.

Pellegrini movió banquillo y refrescó su equipo. Guardiola también mandó calentar a sus reservas, pero las circunstancias le hicieron frenar en seco. Llegó el penalti y la expulsión de Abidal por empujón a Nihat. El francés, que también se pierde la final de Copa, dejó a su equipo con diez y el gol de Matías Fernández devolvió al Villarreal al partido.

El Camp Nou empezó a temerse que le aguaran el alirón. Y se lo aguaron. El gol de Joseba Llorente en el tiempo de prolongación dio el empate al Villarreal y dejó al Barça pendiente de que el Madrid no gane el próximo sábado, precisamente ante el Villarreal, para saltar al Ono Estadi de Mallorca como campeón de Liga. El alirón liguero es cuestión de tiempo. Lo peor es, sin duda, la lesión de Iniesta.

Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Piqué, Abidal; Xavi (Sergio Busquets, m. 85), Touré, Keita; Messi (Gudjohnsen, m. 89), Etoo (Sylvinho, m. 79) e Iniesta.

Villarreal: Diego López; Javi Venta, Gonzalo, Godín, Capdevila; Cani, Eguren, Ibagaza (Matías Fernández, m. 72), Pires (Bruno, m. 64); Rossi (Nihat, m. 64) y Joseba Llorente.

Goles: 1-0. M. 12. Keita dispara escorado con la izquierda, y el balón, tras rozar en Godín, hace una parábola ante la que nada puede hacer Diego López. 1-1. M. 22. Llorente, a centro de Capdevila, marca a puerta vacía. 2-1. M. 36. Etoo, a pase de Iniesta. 3-1. M. 45+1. Alves, de falta directa, por encima de la barrera. 3-2. M. 78. Matías Fernández, de penalti. 3-3. M. 90+2. Llorente, con la izquierda.

Árbitro: Teixeira. Expulsó a Abidal (m. 77) con roja directa por empujar a Nihat dentro del área. Amarilla a Godín, Rossi, Alves y Matías Fernández.

Camp Nou: 95.776 espectadores.