El último giro en el juego de jerarquías que predica el Astana a diario se convirtió ayer en la comidilla del pelotón, al término de la etapa. Si algunos, como Eusebio Unzué, pretenden la ganancia entre tanta bronca -'Me encantaría tener a Alberto Contador en el equipo (Caisse dEpargne)'-, otros no tienen dudas en dar su versión del debate. 'Lo de Armstrong no me ha sorprendido. ¿Que Armstrong no es el líder del Astana?, ¿quien es entonces?'.

Una pregunta retórica que Óscar Pereiro deja en el aire y Unzué quiso contestar con una tesis contraria. 'Contador está a la cabeza del equipo, pero Lance Armstrong demostró que ha mejorado con respecto al Giro de Italia. No descartaría que hubiera dos o tres Astana ente los cinco primeros'.

Uno de ellos parece el ciclista de Austin tras lo sucedido este lunes. 'Armstrong ha aparecido en un momento importante', defiende Erik Breukink, director del Rabobank. 'Afortunadamente, el resto de favoritos se han quedado detrás', aseguraba para minimizar una situación que tiene más transfondo mental que temporal.

Así lo defiende el propio Sastre. 'Siempre había ido bien colocado con mis compañeros, pero cometí el error de quedarme atrás en el momento menos oportuno y mi equipo se ha quedado conmigo a esperarme. No estaba en una situación de peligro, porque estaba en el segundo grupo, pero fácilmente podíamos haber estado delante todos'.

Su equipo, el Cervelo, tampoco quiso participar de la caza. La contrarreloj por equipos de hoy frenó cualquier esfuerzo baldío. 'Tampoco le he dado más importancia a la situación porque, exceptuando Armstrong, el resto de favoritos para el triunfo final estábamos en el grupo de atrás. Lo importante es que he terminado el día arropado por mis compañeros, pensando en esa contrarreloj por equipos , que creo que es algo importante para las próximas etapas', dice.