'Tu destino te lo marcas tú'. No hay casi ningún día en el que no se repita ese mensaje en La Masia. Son más de treinta años desde su fundación el 20 de octubre de 1979 en la época de Josep Lluis Núñez de presidente. Desde entonces, han pasado más de 500 niños con un sueño compartido, el de ser futbolistas, y una exigencia innegociable, la de no descuidar los estudios.
La Masia, en realidad, ha tenido residentes ilustres desde los 12 hasta los 18 años. Ha pasado gente como Guardiola y como la mayoría de los futbolistas que componen el exitoso Barcelona de ahora: Víctor Valdes, Puyol, Piqué, Xavi, Pedro, Iniesta, Messi... Sin embargo, cuando se analiza a esta generación de futbolistas, hay un dato que merece su análisis. Excepto Iniesta o Montoya, que cursan la carrera de INEF, no hay ninguno que vaya a graduarse en la universidad. Una pregunta que, en su momento, mereció la atención de Montserrat Bernabéu, la madre de Piqué y doctora de profesión, responsable, en concreto, de la unidad de daño cerebral en el Instituto Guttman.
'Esto del fútbol me parece muy bien, pero alguien debería facilitar los estudios a los chicos, no puede ser que a los 30 años se retiren sin más preparación que su experiencia', dice Montserrat Bernabéu, que apeló al ejemplo de su hijo. 'La medicina, la economía o lo que Gerard se hubiese propuesto hacer lo hubiera hecho. Su facilidad para el aprendizaje es increíble, pero resultó que el sistema educativo no era compatible'. Por eso ella lo juzgaba como 'un desastre' que ahora Pique, a los 25 años, trata de contrarrestar personalmente. Al hilo del ejemplo de su madre ('debe empezar a prepararse para cuando se acabe el fútbol'), el defensa recibe clases particulares de actualidad económica y contabilidad de un grupo de profesores de la ESADE. 'Hay que formarse para el mundo laboral'.
Carlos Folguera, director de la residencia, siempre defiende que 'de aquí los futbolistas salen formados humana y académicamente'. Pero si se acude a la generación de Pique, que es la de Messi o la de Pedro, no hay un título universitario que exponer. Tampoco existe en la de Valdés, en la de Xavi o en la de Puyol. Entonces en La Masia no se podía decir lo que no hace mucho dijo Carles Folguera a unos responsables de la Premier League que acudieron a la residencia de visita. 'Se quedaron pasmados cuando les dijimos que doce jugadores del Barça B son universitarios, no se lo podían creer'.
La cifra se incrementa hasta quince si se incluye a Iniesta y a Montoya, matriculados los dos en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Todo eso sirve de estímulo para los más jóvenes que, desde octubre, disponen, incluso, de un Club de Lectura para ejercer ese hábito. 'Cuando los chavales ven que estrellas como Iniesta siguen estudiando, entienden que también puede ser bueno para ellos', ha explicado Folguera.
Así pues, los herederos de Messi en el Barça del día de mañana no sólo representan a una generación más joven. También tendrán un valor añadido, porque el Barça, a través de un convenio con la facultad Ramón Llull, se compromete a financiar sus estudios universitarios. De hecho, Muniesa, que debutó con el primer equipo en época de Guardiola, ya lo está aprovechando. Máxime en estos últimos meses en los que ha tenido más tiempo al recuperarse de una grave lesión de rodilla. 'Una vez que acabé el Bachillerato, pensé que era buena idea seguir estudiando', explica el futbolista, que está matriculado en Administración y Dirección de Empresas.
Los deberes, que reciben los nuevos jóvenes, son los mismos que han hecho tan grandes a Messi, a Iniesta o a Xavi. Lo dice Carles Folguera, el hombre que conoce como nadie el día a día de La Masia y que lidia con mensajes activos como estos, 'implicáte al cien por cien en cada cosa que haces', 'quejarte de terceras personas te hace débil'... Pero hay algo que diferencia al futbolista de hoy en La Masía con el de ayer: la universidad. Lucas Garrafot, por ejemplo, está matriculado en Arquitectura. Sergi Roberto, que ya ha jugado con el primer equipo, es otro exponente. Tras sacar un 6,4 en Selectividad, también decidió estudiar Administración de Empresas y hacer caso a sus padres. 'Aunque sea poco a poco, también me puedo sacar una carrera'. Nada de eso implica que él, como Muniesa o como Bartra o como Illie Sánchez, falseen la realidad: el fútbol es lo primero, sí, pero no es lo único. Y, aunque a un futbolista profesional no se le puede exigir que estudie una carrera, siempre será más fácil que lo haga si adquiere el hábito desde niño...
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