La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) mantendrá la convocatoria de huelga para el próximo fin de semana si la Federación (RFEF) no atiende sus demandas. Así lo advirtió ayer Luis Rubiales, presidente de la AFE, después de tres horas de reunión con los representantes del Consejo Superior de Deportes (CSD), Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la RFEF.

Sin citar en ningún momentos al organismo que dirige Ángel Villar y del que, paradójicamente, depende la AFE, Rubiales señaló, por descarte, a la Federación: 'Hay tres puntos importantes que hacen la huelga insalvable si no se llega a un acuerdo, pero en uno se ha avanzado muchísimo'. Minutos después, Jaime Lissa-vetzky, secretario de Estado para el Deporte, ratificaba y detallaba esa demanda de los futbolistas en vías de solución: 'Hemos acordado modificar a medio plazo el real decreto de las quinielas para que haya mayor posibilidad de financiar los compromisos de la Liga con la AFE'.

La solución quedó pospuesta para una reunión que se celebra esta tarde

La Liga había exigido dicha modificación para cumplir el convenio suscrito con la AFE, en concreto lo relativo a las garantías económicas para los clubes que entren en ley concursal. José Luis Astiazarán, presente en la reunión de ayer, no ocultó su matizada satis-facción: 'Soy optimista y realista, se han producido avances importantes, pero todavía hay que esperar a que se alcance la solución definitiva'.

Dicha solución, la desconvocatoria de la huelga, depende de lo que suceda en la reunión que esta tarde mantendrán los mismos interlocutores. Todos los ojos mirarán a la Federación.

'Si se ha hecho un esfuerzo en un sentido [el mencionado decreto de las quinielas], en dos asuntos muy importantes pero de menor calado debemos ponernos de acuerdo', exhorta Rubiales. El presidente de la AFE demanda, por una parte, el pago de los cuatro millones de euros que les adeudan a cientos de jugadores de Segunda B, la ampliación de las coberturas del Fondo de Garantía Salarial en esta categoría y un convenio para Tercera; y por otra, el abono de los 7 millones que la Federación le debe a la propia Asociación de Futbolistas.

'A ver si todos obramos con la misma responsabilidad y generosidad', avisó Rubiales. Jorge Pérez, secretario general de la FEF, no le oyó. Salió del CSD sin hacer declaraciones, más preocupado de reservar mesa para comer en un restaurante que de explicarse.