Fue una despedida seria, pero sin demasiada emotividad. Miguel García, que sufrió un infarto el 24 de octubre durante el partido entre su equipo, el Salamanca, y el Betis, compareció ayer ante los medios para agradecer las muestras de cariño recibidas. Y también para buscar razones a su problema: 'Hoy en día el fútbol es más físico, por lo que habrá corazones que no lo aguanten'.

El ya ex jugador del Salamanca reclamó que se tomen 'medidas' para frenar el incremento de los problemas coronarios en el fútbol español, porque 'no hay que jugar con la vida de las personas'.

Miguel García, considerado uno de los trotamundos del fútbol español ha jugado en Las Palmas, Cádiz, Ponferradina, Zaragoza B o Albacete,consideró que el fútbol español es 'muy exigente', con equipos 'más físicos que juegan menos al fútbol'.

Miguel García llegó al acto escoltado por el presidente del Salamanca y por el director deportivo. Lo hizo con gesto serio, aunque sereno. Nada que ver con el sonriente jugador que amenizaba las tardes de entrenamiento del conjunto salmantino. Quería despedirse de todos. Y lo hizo sin lágrimas, pero serio. Sin embargo, repitió hasta en cuatro ocasiones que 'el fútbol no lo es todo'. Y dio gracias 'a Dios' y al desfibrilador de estar 'con vida'.

El jugador, nacido en Albacete hace 31 años, utilizó el micrófono para dejar claro que, detrás del fútbol, 'hay vida', la que estuvo a punto de perder la mañana del 24 de octubre en el Helmántico. Estuvo 24 segundos muerto, pero el desfibrilador le salvó.

García tuvo palabras de agradecimiento al Salamanca, un club que ya le ha informado de que va a respetar el año de contrato que tiene. ¿Y a partir de ese momento, qué? 'Aún es pronto, pero quiero seguir ligado al fútbol, porque es lo único que sé hacer'.