El Sevilla anda en busca de un patrón, de un código de barras que identifique el producto puesto sobre la alfombra verde. La era Manzano está huérfana de una etiqueta, aún sigue en blanco. De momento, los solistas resuelven. Una noche le toca a Kanouté, otra a Negredo. Anoche el héroe fue Romaric. Tres pases magníficos le dan ventaja a su equipo en la eliminatoria. Todo lo contrario se encontró ayer al otro lado de la trinchera. El Villarreal tiene título para su canción. Todo queda subordinado al método, el individuo se aprovecha de la brillantez de la idea.

Estos dos patrones chocaron anoche en el Madrigal con la sorpresa inicial de la propuesta desvergonzada de los andaluces. Presionó con furia el Sevilla en la salida. Valiente. La intención era colgar la señal de prohibido el toque en los mismos morros de los jugones de Garrido. Sólo se permitían pelotazos.

El Villarreal tardó algo más de un cuarto de hora en resolver el algoritmo del Sevilla. Cuenta para ello Juan Carlos Garrido con un experto lector de partidos. No hizo falta pasar por el vestuario para cambiar la sintonía. Borja Valero fue el primero que manejó la hipótesis correcta. Ante la presión tan valiente del rival, la clave estaba en buscarle la espalda al defensor que daba el empujón hacia delante. El condenado fue Dabo. Apareció por ahí Cani, Capdevila, se dejó ver Rossi. El boquete en la banda derecha volteó la gerencia del partido. Cierto desasosiego de Javi Varas a la hora de atajar un par de balones de falta terminó por quitarle la batuta a los sevillistas.

El indultado Cani se asomó por el túnel de Dabo para iniciar y cerrar la jugada del primer gol. Un sinfín de rechaces acabó con la pelota en la botas del primero en aparecer por la escena para adelantar a los amarillos en el marcador.

El Sevilla se hizo invisible por un rato. Y el Villarreal aceptó la invitación. Volvió a poner más distancia con otro despiste de la zaga andaluza a la hora de cubrir la línea de rechace en un saque de esquina. Despejó Romaric y en la frontal del área sólo había camisetas doradas. El tiro de Rossi lo recondujo a portería Alexis.

El Sevilla salió otra vez de la caverna por la iniciativa del flemático Romaric. El africano es un mediocentro que necesita rodaje en cada partido. Hasta que no tiene a punto las bujías no carbura. Con su caminar cansino le planteó dos propuestas magníficas a Negredo para dejar la eliminatoria sin nada decidido.

El equipo de Garrido se encontró con el chollo de Dabo para asomarse otra vez al encuentro. Marco Rubén volvió a poner distancia después del centro de Capdevila.

Todo parecía de cara para los locales hasta que Romaric volvió a despertar del letargo. En la eliminatoria ante el Málaga fue clave con tres goles, anoche formó un trío de pases que ponen sobre la mesa una apuesta fuerte.

Villarreal: Juan Carlos (Diego López m.45); Mario, Musacchio, Catalá, Capdevila; Matilla (Gonzalo, m.72) Borja Valero; Cazorla, Cani; Rossi y Marco Rubén. Sevilla: Javi Varas, Dabo, Alexis, Escudé, Fernando Navarro; Navas (Acosta, m.83), Romaric, Zokora, Capel; Perotti (Kanouté, m.71); y Negredo (Cigarini, m.90).

Goles: 1-0 M. 24. Cani culmina una jugada de ataque del Villarreal después de un par de rechaces. 2-0. M. 29. Rossi marca después de un disparo que desvía Alexis. 2-1. M. 39. Negredo marca tras un gran pase de Romaric. 3-1. M. 55. Marco Ruben aprovecha un buen centro de Capdevila. 3-2. M. 58. Negredo de cabeza. 3-3. M. 88. Alexis conecta un disparo ajustado a centro de Romaric.

Árbitro: Undiano. Amonestó a Capdevila, Marco Ruben, Davo, Kanouté, Musacchio, Capel, Alexis.

El Madrigal: 20.000 espectadores.