España salió crecida y reconciliada de su combate más comprometido. Sorteó un partido áspero y aguerrido y se metió con algo más de ruido que de música en los octavos de final. Como primera de grupo, además, recuperando sus galones e intentando agarrar al balón de la cintura. Necesitó una pizca de suerte cuando peor lo pasaba, el regalo inesperado del meta rival, el realista Bravo, que Villa, siempre con el fusil preparado, agradeció. Y luego, ya con el viento a favor del marcador y encima enseguida con un jugador más, se fue recordando poco a poco a sí misma. Pero Chile se lo hizo pasar mal siempre.
Porque esta vez La Roja sí tuvo rival. De esos que no te dejan jugar y además juegan. Muy completo. De los que no se rinden nunca, de los que ni con diez mueren. Trabajado, valiente y agresivo. Con ganas de protagonismo y ataque. España sufrió de saque con los movimientos de Beausejour, una de las sensaciones de este campeonato, con el talento de Valdivia y, menos, el aire acristianado de Alexis Sánchez. Y además soportó como pudo la presión expeditiva del adversario, casi violenta, cada vez que intentó avanzar la pelota. Tres tarjetas en 20 minutos, todas por juego sucio, hablaban por sí mismas de la actitud chilena.
El caso es que España no se encontraba. Por primera vez en el torneo, y quizás del proyecto, a la selección le costaba tener la pelota. Chile se anticipaba, incordiaba, acosaba, mordía. En todas las partes del campo. Complicaba la salida del balón y forzaba al juego en largo. Y pegaba, también pegaba.
La selección se refugia en el toque para sortear un combate agresivo
Pero al sentirse valiente, Chile también se abría, dejaba claros y metros por delante. Concedía contragolpes. En uno de ellos, instantes después de que Marc González mandara a la grada una ocasión casi a puerta vacía, Xabi Alonso buscó por bajo y en largo la carrera de Torres . El Niño llegó más tarde que Bravo, pero el guardameta le clavó un puñal a su propio equipo. Abandonó la portería y despejó por bajo y hacia dentro del campo, exactamente hacia donde estaba Villa, unos metros por delante del centro del campo, que pasaba por allí. Y el asturiano, que tiene la portería instalada en la cabeza, el gol en las venas, acondicionó las dificultades de la distancia con las facilidades del arco libre con un preciso y remate parabólico de zurda. Lo que tanto anhelaba la selección, marcar primero.
España es otra con el viento de cola de un resultado favorable. Es ahí cuando su posesión es un seguro de vida, cuando da igual dormir que distraer. Retener el balón es su mejor mecanismo de ataque y de defensa. Desespera al que tenga enfrente. Incluso a Chile, la indesmayable. Sobre todo si le toca jugar en inferioridad. Porque poco después del 1-0, en una maniobra muy del gusto de La Roja, Iniesta puso con un toque delicado desde la frontal el 2-0. Y en el mismo viaje, Chile se quedó con diez: Estrada vio su segunda amarilla porque el árbitro interpretó como zancadilla un tropiezo con Torres.
España se frotaba los ojos. Lo tenía al fin todo de cara. El resultado holgado, la pelota y a un contrario en inferioridad. Xavi recuperó el mando y puso a su gente a tocar. Desde la posición de media punta en la que le ubican intentó tocar la orquesta. Con Xabi y Busquets, por detrás, la pareja de volantes con las que Del Bosque comienza sus alineaciones. Y con Iniesta, partiendo desde la derecha pero ofreciéndose. Y con los laterales y los centrales participando. El partido parecía acabado.
El empate de Suiza y Honduras manda a Chile, segunda, contra Brasil
Pero Chile se empeñó en mantenerlo abierto. Bielsa se tomó un cuarto de hora para estudiar cómo recomponer los agujeros. Tras el descanso, aunque dejó en la caseta a dos de sus piezas del frente de ataque, no dio un paso atrás. Al contrario, siguió valiente. Rediseñó su dibujo hacia un 4-2-3 y puso a sus chicos a vaciarse. Su resistencia resultó heroica. España, pese a la acumulación de ventajas, no conseguía adueñarse de la pelota. Para reforzar su fe, Chile se encontró un gol enseguida, en un remate del recién salido Millar que Piqué infectó de gol.
Del Bosque comprendió que tenía que mover pieza. Y no miró tanto hacia el gol en su maniobra como hacia esa batalla desesperada por la posesión. Retiró a Torres, que volvió a trabajar y rendir más sin la pelota que con ella,y dio entrada a Cesc. Villa se colocó como único punta y su equipo se refugió en la fórmula de los cinco centrocampistas para acunar el partido y quedarse con el balón. Chile no dejó de creer, pero empezó a sentir como puñetazos las largas posesiones de la española. El tiempo jugaba en su contra y a favor de España, que jugó la segunda parte con la vista encima del reloj y no de la portería contraria.
A pocos kilómetros de distancia, en Bloemfontein, del otro partido del grupo llegaban noticias deliciosas para ambos conjuntos. Suiza no era capaz de ganar a Honduras y restaba dramatismo a la pelea de Petroria. Los dos equipos vivían con un colchón de un gol para pasar. Si marcaba Suiza uno o España, Chile seguía dentro. Si lo marcaba Chile, España también. Quizás por eso, quizás también por el cansancio, el equipo de Bielsa plegó velas y aceptó ya que el de Del Bosque acariciara la pelota en su propio campo en los útimos diez minutos. Un pacto de caballeros que mandaba a Chile directa ante Brasil y a España frente a Portugal. Pasaron los mejores.
Chile: Bravo; Medel, Ponce, Jara, Vidal; Isla, Estrada, Beausejour; Alexis Sánchez (Orellana, m. 65), Valdivia (Paredes, m. 46) y Mark González (Millar, m. 46).
España: Casillas; Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Javi Martínez, m. 72); Iniesta, Xavi, Villa; y Torres (Cesc, m. 54).
Goles: 0-1. M. 24. Xabi Alonso lanza en largo a Torres, Bravo sale y le deja el despeje tierno a Villa, que aprovecha la puerta vacía para bombear de primera con la zurda desde la izquierda, unos metros por delante del medio campo. 0-2. M. 37. Iniesta, con un tiro ajustado con el interior, a pase de Villa. 1-2. M. 48. Villa remata desde la frontal y el balón, tras tropezar en Piqué, bate a Casillas.
Árbitro: Rodríguez (México). Expulsó a Estrada (m. 37), por doble amonestación. Amarilla a Medel y Ponce.
Loftus Versfeld Stadium: 41.958 espectadores.
¿Te ha resultado interesante esta noticia?
Comentarios
<% if(canWriteComments) { %> <% } %>Comentarios:
<% if(_.allKeys(comments).length > 0) { %> <% _.each(comments, function(comment) { %>-
<% if(comment.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= comment.user.firstLetter %>
<% } %>
<%= comment.user.username %>
<%= comment.published %>
<%= comment.dateTime %>
<%= comment.text %>
Responder
<% if(_.allKeys(comment.children.models).length > 0) { %>
<% }); %>
<% } else { %>
- No hay comentarios para esta noticia.
<% } %>
Mostrar más comentarios<% _.each(comment.children.models, function(children) { %> <% children = children.toJSON() %>-
<% if(children.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= children.user.firstLetter %>
<% } %>
<% if(children.parent.id != comment.id) { %>
en respuesta a <%= children.parent.username %>
<% } %>
<%= children.user.username %>
<%= children.published %>
<%= children.dateTime %>
<%= children.text %>
Responder
<% }); %>
<% } %> <% if(canWriteComments) { %> <% } %>