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Comienza la Liga del 'fair play' financiero con el mismo abismo entre ricos y pobres

A. VARONA

Vuelve la Liga BBVA. Vuelve esa parte de nuestra vida que quizá sea la obra maestra de las cosas no importantes. Vuelve, además, con una idea que en otro tiempo pareció imposible: el ‘Fair Play' financiero. Así que la primera víctima ha sido el mercado de este verano. Excepto Real Madrid, Barça o Atlético, la nómina de fichajes fue muy comedida. Los clubes fueron fieles a sus posibilidades. Al fondo quedan esos tiempos en los que se endeudaban como bestias. El discurso de Javier Tebas, presidente de la LFP (Liga de Fútbol Profesional), cada vez más parecido a una persecución, ha llegado donde tenía que llegar. Hay frases suyas ('no vale todo para conseguir un objetivo deportivo', 'no vale gastar lo que no se tiene para conseguirlo' o 'no se pueden olvidar los valores dela gestión deportiva') que no se cansan de salir en los telediarios.

Y, en realidad, no es una cosa suya. Son los estatutos de la LFP, los que te avisan que lo que le ha pasado al Murcia te puede pasar a ti; los que, además, ahora ejercen una función absolutamente policial, un severo control económico, en el que se establecen ratios según la situación de cada club. Todo eso está encaminado a conseguir una Liga, definitivamente, saneada. Una honrada esperanza que el controvertido Tebas establece para la temporada 2016-17 y para la que se necesitan gentes como Álex Aranzabal, el profesor universitario, doctorado en Deusto, que preside el Éibar, un equipo en el que todo se paga al día. 'La gente debe ser consciente de sus limitaciones: un club sin deudas tendría que ser lo normal y, actualmente, no lo es', explicó Aranzabal en su conversación con Publico. 'Los clubes son espejos de la sociedad. Y si pensamos así no podemos fallarle a la sociedad'.

Entre los restantes 17 clubes han gastado 55 millones, aunque la cifra crecerá: el Valencia prepara una última ofensivaEl precio de todo esto es que las desigualdades con los tres grandes (Madrid, Barça y Atlético) deberían crecer más tras este verano, en el que, pese a todo, existió movimiento en el mercado. Hubo más de 150 fichajes, una buena parte con la carta de libertad en la mano. En total, se llevan gastados 400 millones de euros, de los que 145 los gastó el Barça, 110 el Real Madrid y 98 el Atlético por siete futbolistas (una dinero que no se aleja gran cosa de lo que el Madrid pagó por James o el Barça por Luis Suárez). Significa también que entre los 17 clubes restantes han invertido 55 millones, un número que crecerá porque el Valencia, recién comprado por el magnate Peter Lim, prepara una última ofensiva. Pero ha tenido que esperar a disponer de dinero en efectivo para hacerlo, porque ya no es como antes. Todo eso presenta un campeonato más lógico y democrático, en el que nadie ha de tener lo que no sabe si algún día podrá pagar.

Ha sido ésta la nota de un verano en el que Real Madrid y Barça han marcado más diferencia, si cabe. De eso se quejaba Simeone, el entrenador del Atlético, antes de la Supercopa. Pero la realidad es así. Madrid y Barça pertenecen a otra clase social, a otro mundo: una prueba directa es el sueldo del portero Keylor Navas que pasará de los 250.000 € que cobraba en el Levante a 2,5 millones en el Madrid. O el mismo Barça, capaz de invertir 20 millones de euros por Mathieu, un defensa de 31 años, que valió más de lo que pagó el Atlético por Mandjukic para jugar de delantero centro. Pero no queda otra que aceptarlo y adaptarse a lo que uno tiene. La ideología del ‘Fair Play' es así: une lo que se tiene con lo que puede tener y encumbra a gentes como el propio Álex Aranzabal, el joven presidente del Eibar, que ha encontrado la clave. 'Mi idea es gestionar la economía del club como si fuese la de mi familia'.

'Gestiono la economía del club como la de mi familia', explica el presidente del Eibar, que parece haber encontrado la piedra filosofal financieraTodo eso prepara un campeonato más sano, en el que el dinero no ha de serlo todo. La prueba podría ser el Rayo Vallecano que, otro verano más, ha fichado a 16 futbolistas sin pagar un solo euro. Una vida que el año pasado casi le acercó a la Europa League. Por lo tanto, hay que admitir otras opciones que no pasan sólo por el dinero e, incluso, recordar que el mundo también puede continuar sin los fichajes de verano: son una posibilidad, no una obligación. Así lo ha demostrado el Athletic que, en un año en el que jugará la Champions, sólo ha traído a un futbolista (Borja Vigueira, del Alavés). Y eso no significa que se haya vuelto loco. Al contrario. Demuestra su fidelidad consigo mismo y con el juego limpio en los despachos, que es donde realmente empieza el fútbol... Y si la UEFA consiguió el ‘Fair Play' ¿por qué no va a lograrlo la Liga BBVA?

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