Llegó el partido decisivo y Carlo Ancelotti se disfrazó de Mourinho. El Chelsea llevaba desde abril sin ganar un partido por 1-0, marca de la casa en la época del portugués.
Su comienzo de temporada estaba siendo mucho más atractivo de lo habitual en esa rocosa maquinaria montada con los millones de Abramovich. El partido contra el Manchester United forzó un cambio de estilo que al final resultó muy rentable.
Stamford Bridge vio a su equipo ganar gracias a un gol de John Terry pero sobre todo contempló por qué el Manchester ha ganado las tres últimas Ligas. Fletcher, Carrick y Valencia dominaron el centro del campo. Sólo les faltó el último pase en un partido que por lo demás estaba claro que se iba a decidir por una o dos jugadas.
El Chelsea jugó a no perder la posición. Ancelotti dejó en el banquillo a Kalou para meter en escena a Deco, un jugador que no tiene ya nada que ver con el que conocieron en Barcelona.
El United presentaba a su pareja de centrales reservas por las lesiones de Ferdinand y Vidic, pero el Chelsea no estaba ayer por perder la cabeza en ataque.
Todo quedaba a expensas de Drogba. El delantero (9 goles en 12 partidos) prefirió ofrecer su versión teatrera y poco efectiva.
Un gol en la primera parte podría haber cambiado el rígido manual impuesto por los entrenadores. Pudo haberse producido si el árbitro hubiera señalado un penalti de Terry sobre Valencia en el minuto 14. El central empleó el viejo truco de los defensas veteranos ante un rival más rápido: dejarse caer en carrera sobre el atacante.
El árbitro no lo vio así y ahora Ferguson tiene más motivos para su eterna cruzada contra los árbitros.
El Manchester pagó las consecuencias de su mayor vulnerabilidad: la falta de gol de sus centrocampistas. Ferguson ya lo reconoció a comienzos de temporada. Su dominio del ritmo del encuentro resultó baldío. La telaraña defensiva del Chelsea sólo dejó a Wayne Rooney la opción de lanzamientos lejanos.
A 15 minutos del final, una falta de Fletcher, muy protestada por el United, desequilibró la balanza. Centró Lampard y Terry remató casi sin ver la pelota. Drogba, en fuera de juego posicional, estuvo a punto de tocar el balón pero inevitablemente intervenía en la jugada. Otro motivo más para que Ferguson se pase varios días mascullando.
El Chelsea refuerza su liderato con cinco puntos de ventaja sobre el Manchester y el Arsenal, que tiene un partido menos. El equipo de Arsène Wenger lleva anotados 36 goles en 11 partidos. Está claro quién da espectáculo en la Premier. La gran duda es si su artesanía de calidad podrá hacer frente a la industria pesada del Chelsea.
¿Te ha resultado interesante esta noticia?
Comentarios
<% if(canWriteComments) { %> <% } %>Comentarios:
<% if(_.allKeys(comments).length > 0) { %> <% _.each(comments, function(comment) { %>-
<% if(comment.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= comment.user.firstLetter %>
<% } %>
<%= comment.user.username %>
<%= comment.published %>
<%= comment.dateTime %>
<%= comment.text %>
Responder
<% if(_.allKeys(comment.children.models).length > 0) { %>
<% }); %>
<% } else { %>
- No hay comentarios para esta noticia.
<% } %>
Mostrar más comentarios<% _.each(comment.children.models, function(children) { %> <% children = children.toJSON() %>-
<% if(children.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= children.user.firstLetter %>
<% } %>
<% if(children.parent.id != comment.id) { %>
en respuesta a <%= children.parent.username %>
<% } %>
<%= children.user.username %>
<%= children.published %>
<%= children.dateTime %>
<%= children.text %>
Responder
<% }); %>
<% } %> <% if(canWriteComments) { %> <% } %>