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Cuando Casillas era Dios

Fue un tiempo que existió para el portero, que se enfrenta a un juicio crucial frente a la Juventus y que tres ex compañeros suyos valoran para ‘Público’ sin abusar de la amistad.

El portero del Real Madid Iker Casillas durante el partido de la trigésimo sexta jornada de Liga disputado ante el Valencia esta tarde en el estadio Santiago Bernabéu. EFE/Kiko Huesca

ALFREDO VARONA

MADRID.- Aquella época también existió. Entonces Iker Casillas era un ídolo. Sus paradas se celebraban como una medalla de oro, porque “él paraba lo imposible”, recuerda Agustín, portero del Madrid en la década de los ochenta. “Remates desde un metro, desde dos o desde diez…, daba igual. Con él debajo de la portería no había desafío que pareciese imposible”. Un relato que Buyo, que heredó esa portería en la época de la Quinta del Buitre, comparte, porque “un hombre con ese currículum sólo puede ser un ídolo”, mientras que Coque Contreras, compañero de Casillas en el Madrid y en la selección española en el Mundial de Corea y Japón 2002, no quiere ni recordar.

"No dudo que la solución a todo esto está en las manos de Casillas. Es más, depende totalmente de él", señala Buyo

“¿Acaso vamos a tener que volver ahora al pasado para recordar quien es Casillas? ¿Estamos tan frágiles de memoria? No, yo me niego completamente a participar de este debate que puede ser uno de los más injustos del mundo”. Sin embargo, son tres maneras de ver la angustia que soporta Iker en el Madrid actual y que esta noche ante la Juventus (20.45, Bernabéu) vivirá un episodio crucial en el que Buyo, pese a todo, se aleja de dramatismos.

“No valen de nada. En el fútbol ponerte a dramatizar sólo sirve para complicarte la vida y no estoy dispuesto. Yo he visto al Bernabeú pitar muy en serio a jugadores como Michel, como Schuster o como Hugo Sánchez y he visto como estos jugadores eran capaces de dar la vuelta a la situación. Por lo tanto, no dudo que la solución a todo esto está en las manos de Casillas. Es más, depende totalmente de él, no de lo que nosotros podamos hablar aquí”. 

Iker Casillas y Keylor Navas durante uno de sus entrenamientos / Reuters

Una teoría que, sin embargo, Agustín no tiene tan clara. “Yo puedo relatar mi experiencia y sé que no es fácil y a veces imposible. Yo también fui un portero muy criticado por el Bernabéu desde la final de la Copa de Europa en el Parque de los Príncipes frente al Liverpool. El día de la semifinal era un Dios y el de la final, pese a que todo el mundo reconoció que hice un gran partido, se cargaron las culpas contra mí y ya casi nadie me pudo volver a ver. Con esto no me quiero ni comparar a Iker, nuestros currículum, son dos mundos, pero quiero insistir en que hay cosas que no son fáciles de cambiar”.

“No le debo nada a Casillas”

Sin embargo, Iker era un héroe hasta los dos últimos años, insustituible durante una década, el capitán más joven del Madrid, el futbolista que atendía a la prensa, el hombre que reflejaba tantos valores. “He compartido entrenos, portería, amistad, cierto vinculo con Casillas en esa gran época suya. Pero no le debo nada ni a él ni a nadie. Por lo tanto, no quiero hacer de defensor suyo, pero sólo quiero preguntar si es justo pedir la retirada de un portero con 33 años, ¿a quién se le ocurre?” Agustín se separa de la tierra.

“En otro país, Casillas sería Dios, porque ha sido un gran parabalones, un hombre cuyo currículum en el Madrid está a la altura de los Di Stéfano, Gento…, de toda esa época, en definitiva. Y lo digo yo, que nunca fue mi estilo de portero. Pero, a su vez, es evidente que Iker ya no para lo que paraba antes y que eso no se puede discutir y la gente no se lo perdona. Así que esta, que debería ser la época en la que Iker más estuviera disfrutando, está siendo la peor con gran diferencia. La gente ha encontrado un culpable si no se gana la undécima”.

"Me indigna como está tratando el fútbol español a este señor", dice Contreras

Hasta que Capello lo quitó, Buyo fue titular indiscutible durante casi diez años en la portería del Madrid. “Tampoco quiero hablar de más”, dice ahora. “No sé como entrena Casillas. No tengo datos. No le veo. Sólo sé que no está en su mejor momento y que en el Bernabéu el público es soberano”. Una cosa con la que, sin embargo, Agustín no está de acuerdo. “¿Soberano el público? Sí, pero sólo hasta cierto punto. La mayoría no tiene ni idea de lo que trabaja Iker, de si se deja la vida en los entrenamientos o no. Se guía por modas y ahora la moda es pitar a Iker y lo que antes era una gran parada ahora es una parada”.

Contreras insiste en que odia este debate. “Sí, porque me indigna y se puede escribir bien alto. Me indigna como está tratando el fútbol español a este señor. Hemos reído, hemos llorado de alegría gracias a paradas suyas y ahora…. Yo no digo que se pueda vivir del pasado, pero es que ahora el periodista que no escribe de Casillas parece que no vale para esto. ¡Eso es terrible!”. “No sé, no sé lo que nosotros podemos hacer por él”, agrega Buyo. “Podemos responder a mil preguntas de Casillas, pero ¿de qué vale eso?”

La única solución, por lo tanto, sería regresar al pasado. Un pasado que realmente existió. Un pasado en el que los puños de Casillas ganaron la novena en Glasgow, varias tandas de penaltis y más de una parada imposible. Un pasado que, sin embargo, no hace cambiar de opinión de Agustín. “No era un portero de mi estilo, pero no cabe duda de lo que logró”. Un patrimonio que no presagiaba noches tan perversas como la de hoy frente a la Juventus que parecían frontalmente imposibles.

Contreras no lo imaginaba “ni en mis peores pesadillas y, precisamente, ahora que no tiene competencia. Antes que estaba Diego López, todavía, pero ahora…” Agustín quizá jugaba con la ventaja del hombre que no olvida. “Pero es que esto es así. Cuando se habla de porteros todo el mundo pone de ejemplo a Iribar y a Iribar también se le criticaba en el Athletic”. Y respecto a la solución… “Sinceramente, yo imagino que este año Casillas se marchará del Madrid”.

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