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Cómo blindar el cristal

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

Robben es el compendio de Holanda. Tanto el centrocampista del Bayern como su selección poseen calidad, ambición, gol y un puñado de cualidades más. Hasta ahora ambos compartían también fragilidad, y de hecho Robben llegará a Suráfrica como duda por una lesión muscular.

Física en el caso del jugador; anímica, la del grupo naranja. Si la metamorfosis fortalecedora que ha experimentado el ex del Madrid en Múnich contagia al combinado holandés, no sólo afianzará su condición de gran favorito del grupo E sino, que, al fin, podrá pensar en gestas más elevadas sin miedo a sufrir vértigo.

Si despliega su fútbol, Holanda resolverá con espectacular facilidad la cita ante Japón y tendrá pocos problemas frente a Dinamarca y Camerún. Estos dos son los candidatos a disputar la segunda plaza con bien distintos argumentos: los daneses siempre han destacado por su estético concepto del juego, precisamente de inspiración holandesa y con idéntico déficit de consistencia; los africanos se miran en el espejo de Etoo, su gran estrella, y como él ofrecen un fútbol eléctrico, de gran derroche físico y no pocos recursos técnicos.

Holanda no puede fallar. Porque pesan como una losa los 32 años que han pasado ya desde la final disputada en Argentina 78, y porque en octavos se ven con el grupo F. Ser primero te garantiza un cruce tranquilo. Si resbalas, espera Italia.

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