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El Barça y el Villarreal, incapaces de ganar y meter presión al líder

El Barça empata sin goles contra el Getafe, lo que provoca la primera pañolada del Camp Nou a Laporta. El Villarreal sufre vértigo en Sevilla (2-0). Ambos se quedan a siete puntos del líder, que también pinchó

AGENCIAS/PÚBLICO.ES

El Barcelona se destensó definitivamente ante el Getafe, rival de poca historia y mucho empaque, en un partido en el que se quedó sin luces, apagado pese a sus méritos y obligado a conformarse con un empate (0-0) que le condena a seguir instalado en el tercer puesto del campeonato y a recibir las críticas de su público, expresadas con una pañolada en el pitido final.

Ni la inspiración ni la suerte acompañaron al Barcelona. Ganó el combate a los puntos, pero el fútbol no premia las ocasiones ni los balones al palo. Hasta tres tuvo el Barça, impotente ante el sistema defensivo del Getafe, un equipo capaz de resguardarse con garantías cuando es necesario y de tocar la pelota si el rival se lo permite.

Dueño del balón, como de costumbre, al Barcelona le faltó precisión. También un punto de velocidad en la circulación, carencia que lastra al equipo desde hace meses, incapaz de multiplicar las revoluciones del partido a su antojo, como en sus mejores días. La pelota al espacio, seña de identidad del Barça que se coronó en París, es ahora un balón al pie. Le faltan jugadores decisivos. Ni siquiera Bojan pudo resolver la papeleta.

Al equipo de Laudrup, con tantos minutos en las piernas como el Barça, le cundió su apuesta futbolística, un invariable 4-4-2. Aunque le castigaron las lesiones, que le obligaron a gastar dos cambios antes del descanso, resistió con la tranquilidad de un grande y puntuó por vez primera en el Camp Nou. Vivió relativamente tranquilo durante los 90 minutos, amén de las ocasiones que se dan por descontadas en un escenario así. Especialmente, los tres balones al poste de Eto'o (min. 16), Giovani (min. 53) y Xavi (min. 68), síntoma de que al Barça también le falta puntería.

Espeso, al Barcelona le faltó intensidad. Sólo Giovani, un zurdo revoloteando por la banda derecha, reanimó al equipo, ya en la segunda parte. El mexicano le imprimió velocidad al juego y aportó cierta chispa, buena noticia en un equipo demasiado previsible. Pero no fue suficiente. Gudjohnsen fue el último cartucho de Rijkaard. El islandés se movió entre líneas y provocó varios dolores de cabeza a la defensa del Getafe. Tuvo incluso una excelente ocasión, un remate de cabeza muy picado que Abbondanzieri rechazó a bocajarro.

Futbolísticamente, fue el epílogo del partido. Aún quedaría la protesta de la grada, que sacó el pañuelo indignada por el empate sin goles y por el clima de extrema tensión que vive el club. Había proclamado Laporta su fe en el equipo y su esperanza en la Liga, pero cerró la jornada a ocho puntos del líder y entre los pañuelos de la hinchada azulgrana.

El Villarreal no pudo sacar ningún punto de su visita al Sánchez Pizjuán y cayó derrotado (2-0) contra un gran Sevilla, desaprovechando así una excelente oportunidad de meterse de lleno en la lucha por el título después del empate de ayer en Mallorca del líder, el Real Madrid, que ahora cuenta con una ventaja de siete puntos respecto a los 'amarillos'.

En un nuevo capítulo de los continuos despropósitos de los equipos que luchan por el título, el Villarreal acusó el mal de altura y cuajó una discreta actuación ante un Sevilla que mejoró de manera más que apreciable la imagen mostrada en sus últimos compromisos ligueros ante Atlético de Madrid y Real Madrid.

Los de Manolo Jiménez se parecieron mucho al Sevilla de la temporada pasada y con Capel, Navas y apariciones esporádicas de Alves como puñales por las bandas, hicieron mucho daño a un conjunto castellonense que nunca se sintió cómodo en el campo. Luis Fabiano, encarriló el choque a los 20 minutos de juego y de paso incrementó, aún más, su ya de por sí dilatada cuenta goleadora hasta los 23 tantos.

Los de Pellegrini, que con esta derrota ponen fin a una racha de nueve encuentros sin perder y cuatro victorias consecutivas, fueron incapaces de reaccionar y apenas crearon peligro en la meta de Palop. En el último tramo del partido, con el Villarreal tomando muchos riesgos defensivos, los sevillistas pudieron golear, pero sólo pudieron ampliar el marcador con un penalti de Diego López sobre Navas.

Kanoute, que partió desde el banquillo, se encargó de certificar desde los once metros una victoria que sitúa a su equipo a cinco puntos de Liga de Campeones y pone tierra de por medio con los equipos que buscan la zona UEFA.

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