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Un terrorista literario dispara a la Transición

El catalán Javier Calvo gana el Premio Biblioteca Breve con 'El jardín colgante'

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El escritor Javier Calvo (Barcelona, 1973) ganó ayer el premio Biblioteca Breve que convoca la editorial Seix Barral con El jardín colgante, una novela policial ambientada en la Transición española, con agentes secretos y grupos armados. Calvo se embolsa los 30.000 euros del premio al que se han presentado 365 manuscritos y que se pondrá a la venta el 21 de febrero.

El jardín colgante, título copiado de una canción y que, según el autor, refleja el momento de un país 'donde los vínculos del pasado han sido un poco puestos en suspenso', no es una novela más sobre la Transición española. De alguna manera, Javier Calvo se traslada al año 1977, 'cuando se supone que la España democrática empieza', para buscar 'el momento inicial en el que empieza todo esto'. Se refiere a la situación que hemos vivido en 2011 y seguimos viviendo: 'Uno de los años más extraños e indescriptibles de nuestras vidas', dijo. Calvo recordó ayer momentos ya históricos de ese año, con los movimientos sociales que ocuparon plazas y calles en todo el mundo, las agencias de calificaciones económicas que 'expulsaron gobiernos' y una Europa en hundimiento constante. Esta situación lleva a 'no ver el final, a que el futuro se vuelva borroso, con una sensación de que todo ha termi-nado, como de apocalipsis'.

El autor, que en 1977 tenía cuatro años, se ha documentado con la prensa de la época, en la que descubrió un país muy distinto al actual, en el que, por ejemplo, el terrorismo (un fenómeno ahora 'deplorado por todos') era visto por algunos como algo digno de mártires y 'héroes revolucionarios y románticos dispuestos a sacrificarse por un ideal'. Dispara contra esa España 'aislada de todo, sin vías de entrada, sin salida, una cosa autocontenida, desconectada de la historia'.

Calvo no esconde que su intención era 'escribir una novela política sobre las mentiras, más que sobre la Transición'. Lo que pretendía era 'construir un artefacto literario que describiera la sensación de desazón' que había a su alrededor.

El resultado es una novela en la que, según Elena Ramírez, directora editorial del premio, aparece una España de la Transición 'en una geometría fantasmagórica', con juegos de duplicidades y desdoblamientos, con 'un dominio del ritmo, personajes magistralmente delineados y un brillante tono paródico'. El veterano Pere Gim-ferrer, miembro del jurado junto con José Manuel Caballero Bonald, Alicia Giménez-Bartlett, Gonzalo Suárez y la propia Elena Ramírez, destacó que la obra aborda una época 'casi imposible de tratar desde una perspectiva histórica normal'. De ahí que la defina 'como una novela de espionaje distorsionada con una óptica cercana a la ciencia ficción'.

La novela es la segunda entrega de lo que Javier Calvo anuncia como 'una especie de trilogía' que empezó con la misteriosa y gótica Corona de flores, ambientada en la Barcelona de cien años antes (1877).

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