MADRID
Entre un vídeo de un gatito y otro sobre cómo preparar masa madre, aparece uno de un hombre ardiendo sobre su cama. Esta última imagen es la realidad que se vive en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023 y que llega a cuentagotas hasta las pantallas de los usuarios europeos de redes sociales. Son descargas eléctricas de horror que en muchas ocasiones duran apenas un destello, 30 segundos. Los civiles gazatíes, algunos de ellos periodistas, los lanzan a las redes sociales para mostrar lo que Tel Aviv trata de ocultar. Pero la inmediatez de la cultura de internet, la censura israelí, las espirales de silencio de los algoritmos y la crudeza de las imágenes, hacen que en no pocas ocasiones estos vídeos desaparezcan. Mohammad Sabaaneh, artista palestino afincado en Ramala (Cisjordania) y caricaturista del diario Al-Hayat al-Jadida se ha propuesto capturar esas imágenes a rotulador para que no caigan en el olvido.
Desde hace unas semanas viaja por Europa presentando su tercer libro, '30 segundos en Gaza' (2024, Fundación Al Fanar). El pasado 14 de octubre llegó el turno de España, donde La Casa Árabe lo recibió para la presentación de las 92 ilustraciones que componen su nueva obra, concebida como un testimonio duradero de las atrocidades de la guerra en Gaza. Público habló con él sobre las duras imágenes que forman parte de la cotidianidad de los palestinos.
¿Cómo fue el proceso de creación de 30 segundos en Gaza?
Trabajo como caricaturista político y publico en un diario, pero sentí que no era suficiente. No es suficiente para lo que está pasando allí, no es suficiente para la gente ni para mí. Necesitaba algo más para expresar todo lo que he estado viendo desde el 7 de octubre. Comencé de forma experimental, con algunos bocetos. Luego, empecé a producir mirando los vídeos que [a través de las redes sociales] me llegaban cada día y reflejándolos en ilustraciones. Este trabajo dio lugar a una especie de cómic, pero en realidad estaba haciendo esto sin saber bien por qué lo hacía. Ahora pienso que tal vez era una terapia para mí mismo por lo que estaba viendo. Pero, si nos alejamos de mi condición personal como artista, también hay una razón lógica. La mayoría de las plataformas de redes sociales eliminan muchos de estos contenidos. Cuando hacen eso, las propias redes sociales son cómplices en este tipo de crímenes contra mi gente.
¿Por qué "30 segundos"?
Me afectó cuando la gente decía: "Oh, no puedo ver el reel de 30 segundos de este activista. No puedo terminar de verlo [por su crudeza]". Imagina que son 30 segundos de la vida de un ser humano como nosotros. Esos 30 segundos quizás cambiaron su vida por completo. O terminaron con ella. Y nosotros no podemos ni siquiera ver esos 30 segundos. Fue una reacción a todo esto.
¿Y por qué ilustraciones de esas fotografías y vídeos en concreto?
Bueno, ya tenemos fotógrafos y activistas en Gaza que están tomando fotos y son muy buenos. Incluso hay muchos artistas que están haciendo lo mismo, como mi amigo Maisara Baroud o [la también ilustradora] Safaa Odah. Enfrentan esta atrocidad con su arte. No es mi rol hacer vídeos o fotos. Mi rol es hacer caricaturas e ilustraciones. Esa es mi forma de contribuir para visibilizar este genocidio. Sin este libro o sin estas ilustraciones, no habría venido a Italia, Francia o España a hablar de mi gente. Es una herramienta más para hablar de este genocidio.
¿Cómo reciben los europeos su trabajo? Me refiero a este y otros libros anteriores…
Sólo he tenido un incidente, de momento. Comencé esta gira por Reino Unido, en el Lakes International Comic Art Festival, y un grupo hizo una campaña contra mí. Me acusaron de ser antisemita y racista. Pero el director del festival y otras personas me apoyaron y terminamos haciendo la exposición. En España está por ver, porque aún estoy comenzando, pero sabemos que el pueblo español ama al palestino, y así lo hemos visto en las manifestaciones de Bilbao, Madrid y otras ciudades.
"No vengo de una tierra estable y en paz, sino de una zona de guerra"
En Italia y en Francia fue distinto, no hubo ningún contratiempo. Todo el mundo estaba muy contento con el libro. La mayoría de la gente que he conocido en estos países termina llorando. Y no sé, tal vez eso indica que la ilustración transmite exactamente lo que necesito transmitir a la gente. Necesito hacerles sentir tristes, porque esa es nuestra vida real. No vengo de una tierra estable y en paz, sino de una zona de guerra. Esto es exactamente lo que está ocurriendo allí.
¿El recibimiento es igual de bueno en aquellos países que apoyan de forma más evidente la ocupación israelí, como ocurre, por ejemplo, en Alemania?
"No puedo cambiar la opinión de los gobiernos, pero sí sacudir a las personas para que se levanten por Palestina"
En general, la mayoría de los gobiernos hacen lo mismo, no sólo los europeos. Hablo, por ejemplo, de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Bahréin. Ellos no son mejores que los países europeos. Al menos España ha reconocido a Palestina, lo cual no es mucho, pero es un paso hacia algo. Pero mi rol, y el de mis colegas de profesión, no es cambiar los gobiernos con este arte. Mucho menos cambiaré la relación entre Israel y Alemania, porque ellos tienen una situación especial. Con el resto de los gobiernos ya no sólo se trata de una cuestión moral o ética, se trata de intereses financieros y de la relación comercial con Israel. Mi misión no es cambiar la opinión de los gobiernos, porque como artista no puedo hacer eso. Pero sí puedo provocar a la gente para que actúe, sacudir a las personas para que se levanten por Palestina y alcen su voz ante sus gobiernos, que apoyan a Israel.
¿Qué consecuencias tiene para usted hacer caricaturas o sátiras de la ocupación?
"Mi obra fue confiscada en Israel y robadas de la sede de la Corte Penal Internacional"
Le diré algo: cada caricatura que publiqué el año pasado, sentí que tal vez se estaba convirtiendo en una razón para que me metieran en la cárcel. Es lo que le ha ocurrido a muchos activistas y periodistas palestinos, que fueron detenidos por los israelíes sólo porque publicaron algo en los medios de comunicación o en las redes contra Israel. Cualquier cosa se puede considerar como una provocación o una incitación contra Israel. No es fácil dibujar en estas condiciones. He estado en una cárcel israelí, he recibido amenazas de los israelíes y de algunos políticos de la Autoridad Palestina. No se trata sólo de la ocupación. Se trata de todo lo que ilustro. En 2016, mi obra fue confiscada por los israelíes tras estar en Bélgica. También fueron robadas de la sede de la Corte Penal Internacional de La Haya en 2019 durante una exposición.
¿Aparecieron?
Sí. Alguien las robó y las escondió dentro del edificio el segundo día de la exposición porque no querían que nadie las viera. La CPI hizo una investigación interna y las encontraron.
¿Alguna vez han cancelado su obra?
En Europa, no.
Y, además de trabajar con medios palestinos, ¿alguna vez han intentado que trabajes con diarios israelíes?
"No sería justo que trabajara con medios israelíes mientras ellos han matado a 167 periodistas palestinos"
Sí. También me han pedido entrevistas periodistas israelíes, pero yo no trabajo con medios israelíes. No es justo que lo haga mientras los israelíes han matado a 167 periodistas palestinos durante esta guerra. También en Cisjordania, donde han matado a amigos míos. También han asesinado a muchos artistas. Es irónico que pretendan ser "la única democracia en Oriente Medio" al tiempo que matan periodistas, censuran a los medios de comunicación e impiden que la prensa internacional entre en Gaza para cubrir lo que ocurre.
También creo en la estrategia del BDS [Movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel]. El boicot es algo muy importante para nosotros. No sólo en lo relativo a lo económico. También en el arte, las instituciones, las universidades… Debemos boicotear todas esas cuestiones. Para mí no tiene sentido tener relación con quien arrestó a mi hermano.
¿De qué le acusan?
No han dado ningún argumento. Ni siquiera ha estado frente a un tribunal. Es lo que se conoce como detención administrativa. Ellos [los israelíes] hablan de prisioneros, yo creo que son secuestrados.
¿Qué me puedes decir de la situación actual en Cisjordania?
"Los israelíes hablan de prisioneros, yo creo que son secuestrados"
Israel tiene su interés también en Cisjordania. Necesitan expandir sus asentamientos y quieren confiscar más y más tierra. Yo vivo en Ramala y justo antes de empezar mi viaje, rodearon y sitiaron las escuelas primarias y guarderías durante más de cinco horas. Israel mató a cinco personas palestinas. Luego se retiraron. Tienen 5.000 prisioneros sólo de Cisjordania. Son detenidos sin razón.
El 13 de octubre Israel bombardeó un campamento de gazatíes frente del Hospital de Al Aqsa. Las imágenes son muy duras. Los periodistas solemos tener discusiones sobre si publicar estas imágenes o no. ¿Crees que la narración de la catástrofe puede ayudar a convencer, a movilizar al público?
Sí. Como periodista occidental, si no lo haces, si no lo publicas, lo hará el periodista y activista palestino. Todo el mundo ha visto las atrocidades israelíes cometidas durante más de 76 años. Independientemente de si quieres publicar una foto o no, la gente la verá. Cualquiera que quiera saber la verdad, la verá. Al mismo tiempo nosotros, como palestinos, tenemos problemas con esto esto porque sólo tenemos una única manera para transmitir nuestra narrativa, justamente esta. Siempre tratamos de usar las fotos y vídeos duros, pero es cierto que no todas las personas pueden mirar. Por desgracia, como palestinos, podemos o debemos mostrarlas.
Estáis acostumbrados a esas imágenes...
"Dibujé sobre los prisioneros palestinos durante años, pero cuando estuve en prisión vi que era peor"
Llevamos enfrentando estas atrocidades más de 75 años. Seguramente nuestra capacidad para soportar estas imágenes es mayor que la de los europeos. No es porque no seamos humanos, es porque hemos sido deshumanizados por los israelíes durante todo este tiempo. Por eso intenté encontrar otro medio para transmitir estas imágenes. Pero incluso así, algunas personas me dijeron: "No podemos ver tu arte porque es muy duro". Bueno, la vida real es dura. Es más dura. Yo dibujé sobre los prisioneros palestino durante años. Pero cuando estuve en la prisión vi que no era como lo había dibujado. Era peor. Más difícil.
Estamos acostumbramos a dibujar al pueblo palestino como héroes, como superhumanos. Incluso en nuestro propio discurso como pueblo palestino hablamos de héroes. No, no somos héroes. Los habitantes de Gaza no son héroes. A la gente que se enfrenta a la atrocidad deberíamos mirarla como a seres humanos que están sufriendo. Son personas reales y eso es lo que debemos reflejar. La audiencia internacional debería saber que esas personas a las que ven y a las que están matando son simplemente seres humanos, como tú y como yo.
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