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"No me sale meter moralina ni mensajes"

Daniel Sánchez, el director de AzulOscuroCasiNegro,  afirma que su nueva película, Gordos, no será un 'filme social'

GUILLERMO MALAINA

Daniel Sánchez Arévalo es un tipo sentido, apegado y arriesgado. Sólo así se entiende que en su segunda película, Gordos, haya vuelto a elegir el entorno familiar para hacer parte del rodaje y escrito un guión cuyo cumplimiento depende de la capacidad de un actor y dos actrices para engordar o adelgazar. Porque esta nueva historia que quiere contar va, precisamente, de eso, de un grupo de gente con problemas de obesidad. Y de sus miedos, sus fobias, sus ilusiones… Eso sí, la pretensión de este novel director se ciñe a contar una historia. “A mí no me sale meter moralina, ni mensajes, ni siquiera es un película social o sobre la obesidad”, cuenta en pleno rodaje.

Aún queda mucho para el estreno, en 2009, pero el éxito en su primera incursión con AzulOscuroCasiNegro explica la expectación que ha generado el incipiente rodaje. Tras las primeras tomas de diciembre, Sánchez Arévalo está grabando ahora en Santander, en la casa de su padre, como en el filme anterior lo hizo en la de su madre. “Sólo puedo rodar si estoy en un entorno familiar, porque soy cariñoso y me gusta sentirme arropado”, dice. Esa razón le llevó a escribir el guión pensando en el actor Antonio de la Torre, un fijo en todas sus cintas, desde sus cortometrajes [Profilaxis, Física II o Traumalogía] hastaAzulOscuroCasiNegro. “Es como mi alter ego –dice–. Sufrimos por lo mismo. Y como soy un mal actor, escribo las cosas que siento y él las interpreta”.

Antonio de la Torre le devuelve el elogio de otra guisa: “El tío me ha cambiado la vida. Ha sido mi hado madrino”.La confianza es total. Y necesaria. Porque el director ha asumido el riesgo de no cerrar su guión a cal y canto. Su cumplimiento depende de que De la Torre, que está enorme con sus 100 kilos tras engordar 30, adelgace para el final del rodaje, en octubre.

Lo mismo ocurre con las actrices Leticia Herrero y Verónica Sánchez, quien por su papel de joven embarazada deberá moldear su figura con 10 ó 15 kilos más: “Si dentro de dos meses no hemos logrado los objetivos, tendré que variar el guión. Está vivo”. Y de hecho, ya lo ha hecho en secreto: “No puedo contarlo”. El joven Raúl Arévalo lo tendrá menos complicado, pues no tiene que ganar peso. “Además, como Daniel ensaya mucho, es muy fácil coger el sentido de los personajes”.

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