Va de valientes. Si el otro día Matthew Herbert recordaba en estas páginas el día en que rechazó un millón de libras por ceder una canción para un anuncio de champú, hoy es Ani diFranco la que se enorgullece de rechazar suculentas ofertas de varias multinacionales por incorporarla a su catálogo.

En 1989, con 19 años, fundó Righteous Babe Records, y ahí sigue. Esa determinación ética convirtió a diFranco en un modelo de conducta para numerosos jóvenes en los noventa. “Me gustaba ese rol de inspirar a la gente. Defendía la honestidad, el decir las cosas claras, aceptarse a uno mismo, defender la independencia… Mensajes que ayudaban a la gente a ser más ellos mismos”, contesta la artista desde Detroit.

Este fin de semana, inicia su tour europeo en España para presentar su nuevo disco, Red letter year. Hoy actúa en Girona (Palau de Congressos),
el sábado en Murcia (Centro Víctor Villegas) y el domingo en Barcelona (L’Auditori).  

Cantautora y mamá
Ani diFranco, acostumbrada a grabar un disco por año, ha tardado un par en finiquitar Red letter year. “Tuve mi primera hija el año pasado. Ahora tengo que pasar mucho tiempo y gastar mucha energía con ella. Escribo mucho menos que antes”, explica. Para una artista que grabó todos los instrumentos y las voces que se oyen en su Educated Guess (2004), sorprende la cantidad de músicos que participan en su nuevo álbum. Según explica, “eso también ha ralentizado el trabajo. La producción es más ambiciosa. La mayor parte de mis discos son muy simples y los he hecho yo sola. En cambio, en este ha trabajado mucha gente: violines, trompetas... toda una banda.”. Además, su pareja, Mike Napolitano, que ha producido el disco.

Su nueva condición de mamá se traslada a las canciones, donde plasma su visión personal de temas sociales, religiosos y políticos. Habla de la política de moda, Sarah Palin: “Creo que está siendo utilizada de forma grosera. Hay un puñado de tíos detrás de una cortina de poder que se están aprovechando de esa mujer. Es como si fuera una prostituta: ‘Vale, cariño, ahora guiña un ojo’, ‘Ahora sonríe’, ‘Ahora sube al autobús’. Es asqueroso. No creo que haya nada en su candidatura que sea inspirador para las mujeres”.

El afilado feminismo
de diFranco sigue inalterable. En los noventa, se declaró bisexual y algunas fans se sintieron traicionadas por casarse con Andrew Gilchrist, su primer marido. “Cuando las mujeres estén en el primer nivel, imaginando el mundo, aparecerán nuevas maneras de entender las relaciones. Para conseguir paz es necesario ese equilibrio”, asegura. Como muestra, un verso: “Apuesto a que no había ventanas ni mujeres en la habitación / cuando inventaron la ciencia pura del boom”. Se refiere, claro, a la bomba atómica.