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Llega a los cines el documental sobre los 40 años de La Polla Records: gente sencilla tocando punk

Si hay una banda de punk que todo el mundo conoce, aunque no le guste el estilo de música, es sin duda La Polla Records. Este viernes se estrena en los cines 'No somos nada', el documental que cuenta los 40 años de historia de la mítica banda.

Fotograma del documental de La Polla Records.
Fotograma del documental de La Polla Records. Cedida a Público

Suena el teléfono del bar Otxoa de Agurain/Salvatierra, un pueblo vasco en la provincia de Araba. La llamada no es por ninguno de los propietarios. Es para preguntar por un grupo del pueblo del que cada vez se habla más. El teléfono del bar como punto de contacto de un grupo punk.

Esta es una de las muchas historias que cuenta No somos nada, el documental dirigido por Javier Corcuera sobre la mítica banda de punk La Polla Records, que se estrena en los cines este viernes, después de la première internacional en el Festival de San Sebastián y de ganar el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine Documental Musical (In-Edit) de Barcelona el pasado octubre.

Tras años de silencio, la legendaria banda vasca La Polla Records anuncia por sorpresa que vuelve a los escenarios. Con motivo de su última gira —o eso dicen— su cantante Evaristo Páramos, acompañado de otros miembros del grupo, revive desde su pueblo los 40 años de la rocambolesca historia de unos chicos que pasaron de tocar su primer concierto en la plaza del pueblo en 1979, después de que llegara a sus manos el primer y único disco de los Sex Pistols, a llenar estadios en todo el mundo.

Con este punto de partida, el documental muestra canciones, fotografías, fragmentos de animación y viejos vídeos de la banda. Y a un Evaristo que hace memoria —no sin un punto de nostalgia— y repasa los 40 años de conciertos desde de su experimentada visión de un punk de pueblo.

Un pueblo, de algo más de 5.000 habitantes, que se convierte en uno de los protagonistas del documental. La tranquilidad de Evaristo caminando por la montaña durante gran parte de la película contrasta con cantar para decenas de miles de personas y con infinitas noches.

El documental consigue mostrar la parte más íntima y poco conocida de Evaristo

"Es la vida habitual de Evaristo. Es su cotidianidad", afirma en conversación telefónica el director de No somos nada, Javier Corcuera. "Es un gran amante de la montaña. La primera vez que quedamos para hacer una entrevista fue ahí, caminando por la montaña". Corcuera —premio Goya, Biznaga de Plata en Málaga y Mención Especial del Jurado Fipresci por La espalda del mundo— se dio cuenta pronto de que el documental consistiría en acompañarle por la montaña, aprovechando para conversar con él en sus momentos de soledad y tranquilidad. "Siempre ha vivido en ese contraste. Son una banda de un pueblo rural y de ahí han salido al mundo. Literalmente su vida transcurre entre las multitudes y la tranquilidad", explica a Público.

En esa tranquilidad y soledad de la montaña, Corcuera logra conectar con la parte más humana de Evaristo. No somos nada destaca por el retrato humano que se hace de una banda como La Polla Records y de un cantautor punk como Evaristo. El filme consigue mostrar la parte más íntima y poco conocida del cantante que, mientras se caga en dios y en el sistema, sabe saborear lo bueno de la vida. Un transgresor de nacimiento que ha sabido hacerse viejo sin perder sus raíces. Y que, a pesar de ser consciente del final de una etapa, suelta un aliento de esperanza por las nuevas generaciones.

Un grupo universal

"La gran virtud de La Polla Rercods es que es una banda universal", afirma Corcuera. El humor y la inteligencia de sus letras "no están marcadas en una coyuntura concreta" y eso hace "que cada uno las haga suyas", añade.

Corcuera, el director del documental: "Lo que más me sorprende es cómo la banda trasciende a varias generaciones"

Y ser universal no es fácil. Y menos es serlo y atravesar varias generaciones. "Quizá lo que más me ha sorprendido es cómo han trascendido a varias generaciones", explica Corcuera tras seguir a la banda en su última gira. "Era sorprendente ver a padres con hijos en los conciertos. Gente de 20, 30, 50, 60 años y más". Pero también cómo la banda ha trascendido fronteras. "Llegas a Chile, Perú o Argentina y La Polla Records es un referente". El propio Corcuera es un ejemplo de esta universalidad. Nacido en Lima (Perú) las cintas de La Polla Records llegaron a sus manos mucho antes de que se fuera a vivir a Madrid en 1986. "Era un grupo que había seguido toda la vida. Habían sido parte de mi banda sonora vital. Me eduqué y crecí escuchando la música de La Polla Records".

Se puede imaginar cómo debe ser hacer un documental de uno de sus grupos preferidos. "Poder hacerlo fue un sueño. Creo que nunca había disfrutado tanto haciendo una película. Descubrí a un grupo de gente sencilla a quienes les gusta lo que hacen", afirma Corcuera.

Y es que No somos nada no deja de ser la historia que podría haber protagonizado usted mismo si su banda punk del pueblo hubiera continuado tocando como La Polla Records. Punks de pueblo. Rebeldes contra el sistema. Amigos de la infancia. En definitiva, gente sencilla que tocaba en un grupo de punk.

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