Tal vez porque es como de casa, porque sus cortos se han visto en el Festival de Sitges y su guión de REC triunfó, hubo aplausos en el pase de prensa de La otra hija. Eso sí, se debatía tras la proyección si aquello era una película de Luis Berdejo (San Sebastián, 1975) o no. Existía cierto runrún sobre 'lo que le habían obligado a hacer' o 'lo que había tenido que ceder' en su aventura norteamericana.

Sin embargo, el director afincado en Los Ángeles, lejos de cargar contra la industria hollywoodiense, se muestra encantado. 'Vamos a ver, 35 años... mi primera película con Kevin Costner en EEUU. Me siento un ser dichoso y feliz. Si hubiera sido productor, habría cosas que no hubieran sido así: habría modificado secuencias, pero me parece absurdo estar en Sitges con mi primer filme y no estar agradecido', suelta.

La otra hija narra la historia de un escritor (Kevin Costner) que, tras divorciarse de su mujer, se traslada a una casa de campo de la localidad de Mercy junto a sus dos hijos, Sam (Gattlin Griffith) y Louisa (Ivana Baquero). Un montículo misterioso, una raza extinguida, objetos rituales y una hija en plena revolución hormonal forman el mosaico de la película.

La pregunta que cabe hacerse es qué buscaba Hollywood al contratar a Berdejo para adaptar un relato de John Connolly. 'No sé. Hollywood puede ser un barrio, con lo cual no tiene sentido hablar de cine del Eixample, por ejemplo, o un concepto demasiado amplio que desconozco. Mi experiencia es que una productora vio mis cortos, les gustaron, pensaron que eran baratos y que con un poco más de dinero podría hacerles un largo'.

El grueso del dinero suponemos que fue a parar al actor y actual cantante de country Kevin Costner. Berdejo lo defiende contra viento y marea de cualquier insinuación acerca de su condición ceniza. 'Waterworld no perdió dinero. Lo que ocurre con él es que es un tipo muy antisistema, que desprecia a los estudios y la industria cinematográfica, y no está bien visto'.

Falta por saber si Kevin, que es además director de cine, es de esos intérpretes a lo James Dean, que gustan de suplantar al realizador. 'Desde el primer momento lo suyo fue ayudar e intentar que nadie me tocara las narices más de lo que debido. Al segundo o tercer día de rodaje me dijo: 'Si cambiaras este foco de primer a segundo término...' Y yo le respondí: 'Me parece hortera porque evidencia dónde está la cámara'. Él me miró y me pidió perdón', cuenta el director.

Cree Berdejo que el secreto de tan buen rollo se encuentra en la humanidad de Costner, y en un dato de su biografía no demasiado conocido. 'Cuando se enteró de que soy de Donosti quedó encantado. Es su ciudad favorita'.