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"La filosofía está llamada a ser mediática"

Javier Gomá. Filósofo. Suúltimo libro es 'Ejemplaridad pública' (Taurus)

PAULA CORROTO

El filósofo Javier Gomá tuvo ayer su estreno como firma en la feria. Lo hizo, además, tras ver cómo su ensayo Ejemplaridad pública llegaba a la tercera edición.

¿Ha alcanzado la filosofía un nivel mediático?

No sé si lo ha alcanzado, pero mi tesis es que debería alcanzarlo. Si tenemos que contribuir a crear una conciencia más propicia a la convivencia en el futuro, estas disciplinas son las que están llamadas a ejercer una misión importantísima en el futuro. Así que, si la filosofía no es mediática, está llamada a serlo.

¿Cree que estamos llenos de malos ejemplos públicos?

Todos somos ejemplos para todos. Al público le encanta cargar las tintas sobre los políticos y los medios de comunicación, pero creo que el buen ejemplo nos genera mala conciencia. Sin embargo, el mal ejemplo nos narcotiza y nos genera una buena conciencia. A veces pienso si esta abundancia de ejemplos vulgares en los medios de comunicación tiene el efecto de generar buena conciencia en la ciudadanía.

Pero ahora la sociedad no está narcotizada sino enfadada.

Hay que distinguir entre el peso y la altura de los valores. En los tiempos boyantes se puede permitir cierta altura, porque los problemas de peso, como comer, están solucionados, pero en tiempos de crisis, emergen las cuestiones de peso, y los estilos de vida que tengan que ver con derroche de altura sientan mal.

Movimientos como estoloarreglamosentretodos' son un derroche de altura.

La sociedad sí está pidiendo una reorganización de los estilos de vida. La abundancia de dinero produce individualismo. Esta puede ser una ocasión para limpiar ciertos estilos de vida derrochadores e individualistas de gran altura estética, pero no gran altura moral.

¿Cree en un cambio de sistema?

Durante milenios se han producido en la cultura occidental cambios profundos pero siempre dentro del mismo sistema. Yo creo que ahora sí estamos asistiendo a un cambio de sistema.

¿Hacia dónde?

Es un proyecto sin precedentes que avanza desde los años sesenta y es el de que es posible una sociedad igualitaria y secularizada. Es un experimento que no se ha realizado nunca.

El nihilismo y el cinismo también están en alza. Eso no casa con una sociedad mejor y más igualitaria.

Para mí, el nihilismo tiene una lectura positiva: ha sido el agente corrosivo que nos ha permitido desprendernos de la jerarquía y religión. Después de él, no debemos quedarnos sólo con su parte destructiva, sino pasar a la parte constructiva y pensar cómo hacer viable ese proyecto igualitario y secularizado con lo que queda.

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