En las propias páginas de este periódico contamos cada día historias de corrupción en las que la realidad imita al arte en su versión más negra, pero también con tintes de tragicomedia. Todos los días ocurren ante nuestra vista situaciones cotidianas en las que lo insólito, lo increíble y lo irracional forman parte de la verdad a la que tanto cuesta dar crédito.

La tercera obra de la Trilogía negra que la Compañía Cuarta Pared sube estos días a los escenarios. Bajo el título Tantos esclavos, tantos enemigos, presenta una auténtica locura con elementos de comedia negra y demasiados vínculos con la realidad. Este es quizá el motivo por el que la obra prorroga con nuevas funciones hasta el sábado 29 de abril, después de cosechar grandes críticas en su estreno y de sumar más de 3000 espectadores en las primeras fechas desde su estreno en febrero de 2023.

Entre el thriller y el teatro documento, la obra cierra el tríptico iniciado en 2015 con Nada que perder e Instrucciones para caminar sobre el alambre, un conjunto de obras que tienen como hilo conductor la combinación de la denuncia social con la investigación de un crimen. Esta tercera entrega cambia de registro para entrar de lleno en el humor cáustico y la autoficción.

Usurpación de identidad, subastas, disidencias, servicios de inteligencia, se cruzan en una historia hilada con amenazas, mirófonos ocultos, denuncias, filtraciones, documentos falsos… El absurdo de muchas historias de corrupción que, desgraciadamente, costará que resulten descabelladas al espectador.En la obra, cuya dramaturgia ha sido coescrita por QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe; y dirigida por Javier G. Yagüe, participan Salvador Bosch, Marina Herranz, Rosa Manteiga, Javier Pérez Acebrón, y Guillermo Sanjuán. La escenografía y vestuario son de Monika Rhüle, y la iluminación de Virginia Rodríguez Laguna.