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Algunas de las series elegidas aún están en emisión; otras echaron el cierre este mismo año y varias, al ser antologías, todavía tienen mucho que contar por delante. En total, doce títulos que aparecen ordenados por año de estreno (del más antiguo al más reciente) y de los cuales se desprende que para quienes escriben en Público las mejores añadas de la década han sido la de 2014 y 2017 con tres títulos cada una. En este repaso figuran dos títulos españoles muy internacionales, tres británicos y el resto, estadunidenses.
Sherlock (2010)
Con el sello de la BBC y con Steven Moffat y Mark Gatiss como creadores, Sherlock se estrenó en 2010 como otra adaptación de la historia del personaje de Arthur Conan Doyle pero ambientada en el presente. Pronto cambió el otra por la mejor. Sus aciertos no son pocos. Para empezar, la manera en la que se integró a un personaje de otro tiempo en el actual y con la tecnología del momento. El segundo, el reparto. Benedict Cumberbatch es un Sherlock soberbio y tiene en Martin Freeman a su Watson perfecto. Otro acierto fue que cada temporada se compusiese solo de tres episodios. Saben a poco, pero no se quema al personaje. Junto a Cumberbatch y Freeman, que no han parado de trabajar desde entonces, Rupert Graves como Lestrade, Andrew Scott es James Moriarty y Una Stubbs interpreta a la señora Hudson. Mark Gatiss, cocreador, se reservó el papel de Mycroft Holmes.
Black Mirror (2011)
La de Charlie Brooker es una de las series que más conciencias ha removido durante esta última década y que más asombro ha generado. Tanto, que ha creado algo así como una escuela propia -no es raro escuchar ‘esto es como un capítulo de Black Mirror'- aunque su semilla se encuentra en otras anteriores como The Twilight Zone. Su primer episodio, el de la escena del Primer Ministro y el cerdo, es uno de los más impactantes. Y San Junipero, uno de los más bonitos. Ha vivido dos vidas. Una, su primera etapa en Channel 4, en la que se emitieron dos temporadas de tres episodios y un especial navideño. La segunda, en Netflix, la forman otras tres temporadas (dos de seis capítulos y una de tres) más una película interactiva, Bandersnatch.
Juego de Tronos (2011)
A Juego de Tronos le costó mucho arrancar. Su valor y su trascendencia son incuestionables, pero la primera temporada no era precisamente de las que se recuerdan para bien. Le faltaban medios para que el torneo del rey lo pareciese y para que Nido de Águilas no oliese a lo lejos a decorado de cartón piedra de fondo. Sin embargo, con ella David Benioff y D. B. Weiss sembraron la semilla para que esta, alimentada con el material escrito por George R. R. Martin, fuese creciendo hasta que dejó de haber libros en los que basarse y Juego de Tronos empezó a regalar a sus millones de seguidores algunos de los mejores episodios. La sexta supuso un punto de inflexión y de calidad narrativa para la serie, que acabó este año con los fans divididos entre los satisfechos y los furibundos. A toro pasada, puede decirse que sus mejores temporadas fueron la sexta y la séptima.
Peaky Blinders (2013)
Los BAFTA han reconocido en varias ocasiones el trabajo de esta serie británica creada por Steven Knight. En Reino Unido se emite en el segundo canal de la BBC y en España se puede ver en Netflix. Está protagonizada por Cillian Murphy en el papel de Thomas Shelby, jefe de un clan mafioso de irlandeses en Birmingham. A lo largo de las cinco temporadas ya estrenadas, sigue el ascenso y las luchas de poder de los Shelby en la década de los años veinte. Al otro lado, en el de la ley, el jefe Chester Campbell, interpretado por Sam Neill. Los Peaky Blinders están basados en una banda criminal que existió en la realidad en esa misma ciudad a mediados del siglo XX. Su calidad es inmejorable.
The Leftovers (2014)
Damon Lindelof cogió la novela de Tom Perrotta y la adaptó en una primera temporada de The Leftovers que resultó complicada de seguir. Algo así como un peaje que hubo que pagar para llegar a lo bueno. Porque cuando el que fuera uno de los nombres detrás de Perdidos se quitó de encima el material adaptable dejó volar libres a los personajes e hizo su serie, una de las mejores de la década. Es más, es muy posible que The Leftovers sea la mejor estrenada en la década de 2010 gracias a esas dos temporadas en las que consiguió que diese igual (casi) todo, que el espectador aparcase cualquier tipo de pregunta y reticencia y se entregase de lleno a la historia y al sufrimiento de Nora Durst (Carrie Coon) y Kevin Garvey (Justin Theroux).
El día de la Ascensión desapareció el 2% de la población mundial, un porcentaje en el que se encontraban el marido y dos hijos de Nora. Kevin no perdió a nadie físicamente, pero sí vio cómo su familia se iba al traste y con ella una buena parte de su cordura. El juego con la música de Lindelof bien se merece una tesis doctoral como mínimo. Y no solo en los títulos de crédito, que también. Los grandes premios la ignoraron, pero da igual, no le hacen falta para reinvindicarse.
Fargo (2014)
La película, de cuyo universo parte, es de 1996 y obra de los hermanos Coen, Ethan y Joel. La serie es cosa de Noah Hawley y comparte ese mismo humor negro, ritmo no excesivamente rápido, personajes considerados como perdedores y el género policíaco como paraguas. Fargo está planteada de manera que en cada temporada aborda un caso con personajes distintos. En la primera los protagonistas fueron Billy Bob-Thornton, Allison Tolman, Colin Hanks y Martin Freeman. En la segunda, Keith Carradine, Patrick Wilson, Ted Danson, Kirsten Dunst y Kieran Culkin. Y en la tercera, Ewan McGregor, Carrie Coon, Mary Elizabeth Winstead, Goran Bogdan y David Thewlis. Tiene tres Globos de Oro y cada fan tiene su favorita entre las tres.
True Detective (2014)
Al ser del género policíaco, de 2014 y de las que cambian de caso y personajes cada temporada, True Detective y Fargo fueron muy comparadas en sus primeros compases. Hasta que fue más que evidente que no tenían nada que ver más allá de lo mencionado anteriormente. Creada por Nic Pizzolatto y dirigida en su primera temporada por Cary Fukunaga, las cosas no acabaron del todo bien entre ambos y el segundo no repitió en la segunda, en la que Woody Harrelson y Matthew McConaughey entregaron el testigo como protagonistas a Rachel McAdams y Colin Farrell. Después vinieron Mahershala Ali y Stephen Dorff en una tercera temporada que es, sin duda, la mejor de todas. Mención especial merecen los títulos de crédito de True Detective. El de Nevermind, de Leonard Cohen, para la segunda es de los que no se olvidan.
Better Call Saul (2015)
¿Puede un spin-off superar a la serie de la que procede cuando esta es una de las grandes? Se puede y Better Call Saul lo ha demostrado. Breaking Bad fue una de las mejores series de la década anterior (acabó en esta), pero la que entra en la lista es su hermana menor por tiempos y no por calidad. Porque el viaje atrás en el tiempo para conocer más en profundidad cómo Jimmy McGill pudo convertirse en Saul Goodman es un tratado en profundidad del donnadie con aspiraciones al que estas y el ninguneo de los demás llevan a tomar decisiones equivocadas. Bob Odenkirk, guiado por Vince Gilligan, consigue hacer que el espectador se meta de lleno en la vida de este chico del correo que estudió Derecho para impresionar a su hermano temiendo el momento en el que se convierta en el desagradable Saul Goodman. Otro de los regalos de Better Call Saul es el personaje de Kim Wexler (Rhea Seehorn) y las conexiones con el universo de Walter White y Jesse Pinkman.
El Ministerio del Tiempo (2015)
Si hay una serie que ha hecho historia en la última década en el panorama televisivo español esa ha sido El Ministerio del Tiempo. Pablo y Javier Olivares cambiaron la percepción de lo que podía hacerse en abierto y abrieron la puerta a las que vinieron después queriendo arriesgar. El éxito se puede medir de muchas maneras y en el caso de El Ministerio del Tiempo una muestra del mismo reside en el hecho de contar con una legión de fans que incluso tiene nombre propio (ministéricos) y en su aplaudida habilidad para conjugar lo educativo y lo lúdico. Velázquez y Lope de Vega revivieron gracias a sus apariciones en los cuerpos de Julián Villagrán y Víctor Clavijo. Secundarios que lograron eclipsar por momentos a la patrulla ministerial compuesta en un primer momento por Julián Martínez (Rodolfo Sancho), Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda) y Amelia Folch (Aura Garrido) y a la que se unión Pacino (Hugo Silva) en la segunda temporada. Para la cuarta, vuelven todos.
Mindhunter (2017)
David Fincher es el responsable de Mindhunter y su habilidad para retratar el lado más oscuro y sádico del ser humano se deja notar en las dos temporadas estrenadas hasta ahora. La idea que él tenía era que hubiese alguna más, pero Netflix no está tratando precisamente bien a una de las mejores series de su catálogo y su continuidad está anclada en un limbo peligroso para su futuro. La protagonizada por el trío de investigadores de la mente de los asesinos en serie que forman Holden Ford (Jonathan Groff), Bill Tench (Holt McCallany) y Wendy Carr (Anna Torv) tiene lo mejor de Seven y Zodiac sin necesidad de derramar sangre y con unos ‘villanos’ muy reales y por eso aún más inquietantes.
El cuento de la criada (2017)
Margaret Atwood es la creadora de esta distopía en la que EEUU se encuentra bajo un régimen teocrático en el que la mujer es una esclava al servicio de la procreación. Publicó su novela en 1983 y más de tres décadas después Hulu decidió adaptarla. Eligió a Bruce Miller como responsable y a Elisabeth Moss en el papel principal, el de June, una criada que se resiste a ser solo eso y que planta cara, con los medios a su alcance, a un sistema que ha normalizado la violación como medio para aumentar una tasa de natalidad demasiado baja para perpetuar la especie. El cuento de la criada no es una serie grata de ver (hay gente que la ha dejado por su dureza), pero es de las que escriben su título en mayúsculas en las listas de lo mejor. Incluso cuando su tercera temporada ha sido tirando a floja y se ha echado de menos todo eso que la hizo memorable. Aun así, se merece un hueco en el Olimpo seriéfilo de la década de 2010.
La casa de papel (2017)
Si solo se pudiesen elegir dos series españolas de toda esta década, una sería la ya mencionada El Ministerio del Tiempo y la otra, esta, La casa de papel. Ambas han llevado una trayectoria similar. La primera temporada de la creada por Álex Pina traspasó fronteras una vez acabó en el catálogo de Netflix llegando hasta límites insospechados. El Profesor (Álvaro Morte) y su equipo de ladrones con alias de ciudad se colaron en millones de hogares de medio mundo sumándolos a su causa. Porque robar al sistema siempre genera apoyos. Después entró la plataforma estadounidense en escena, rescató la serie, le dio más dinero a sus responsables y la primera parte de la segunda temporada es pura acción, adrenalina y emoción. Todo junto. Dos muestras del éxito conseguido por Pina y su equipo son la internacionalización de las caretas del Dalí y la propagación del Bella Ciao.
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